¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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¿Qué hacemos con la apertura de los centros de la CEJA?

Iniciado por jmcala, 14 Mayo, 2020, 06:37:13 AM

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respublica

Cita de: jmcala en 25 Julio, 2020, 07:10:27 AM
En este tema no hay nada que negociar. Las huelgas se convocan para negociar mejoras o para evitar recortes. Aquí estamos ante un delito contra la salud de los trabajadores si no se cumplen las leyes laborales.

Me parece muy bien, pero lo de que se trata de un delito tiene que dictaminarlo un tribunal de justicia en sentencia firme y para llegar a eso se necesitan muchos años de batallas judiciales, por lo que esa estrategia puede ser complementaria, pero desde luego no la principal porque mientras los tribunales te dan la razón o no, hay que actuar con la única medida de fuerza que tenemos los trabajadores.


Saludos.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

blueberry

Cita de: respublica en 24 Julio, 2020, 21:01:38 PM
(...)

En cambio si todos hacemos una huelga indefinida hasta que no se cumplan las condiciones básicas de seguridad laboral la administración no tiene más remedio que sentarse a negociar.

Está todo inventado desde hace mucho.

Saludos.
Respublica, sin lugar a dudas. Pero la falla en esta frase es el "si todos hacemos". El compromiso de este colectivo es muy discreto a la hora de movilizarse y plantear una indefinida estoy bastante convencido de que no daría frutos y sería un trauma para los pocos que se lo tomen en serio.

Por cierto que recuerdo: los servicios mínimos abusivos de la huelga de 2018 se demandaron en su momento por parte de cada uno de los tres sindicatos convocantes. Las tres demandas prosperaron cuando ya no valía para nada. Y no es la primera vez. Como le planteemos una huelga a la Administración *que tan solo pueda ser dañina* vamos a meternos en la misma dinámica así que atención con este tema. Nos vemos en las mismas que con la denuncia: "a cumplir primero y ya veremos en dos años".


respublica

Cita de: blueberry en 25 Julio, 2020, 15:35:21 PM
Cita de: respublica en 24 Julio, 2020, 21:01:38 PM
(...)

En cambio si todos hacemos una huelga indefinida hasta que no se cumplan las condiciones básicas de seguridad laboral la administración no tiene más remedio que sentarse a negociar.

Está todo inventado desde hace mucho.

Saludos.
Respublica, sin lugar a dudas. Pero la falla en esta frase es el "si todos hacemos". El compromiso de este colectivo es muy discreto a la hora de movilizarse y plantear una indefinida estoy bastante convencido de que no daría frutos y sería un trauma para los pocos que se lo tomen en serio.

Por cierto que recuerdo: los servicios mínimos abusivos de la huelga de 2018 se demandaron en su momento por parte de cada uno de los tres sindicatos convocantes. Las tres demandas prosperaron cuando ya no valía para nada. Y no es la primera vez. Como le planteemos una huelga a la Administración *que tan solo pueda ser dañina* vamos a meternos en la misma dinámica así que atención con este tema. Nos vemos en las mismas que con la denuncia: "a cumplir primero y ya veremos en dos años".

Es como todo, si resulta que a la gran mayoría no le importa ir a trabajar en las condiciones que la Consejería de Educación ha establecido, pues entonces no hay nada que hacer, salvo el sálvese quien pueda, pero al menos hay que intentarlo y antes de eso, concienciar.


Saludos.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

alboradas

Aquí un artículo de El Periódico.

Lo copio íntegro ya que hay que acceder mediante registro.

Los retos de la educación durante la pandemia
Un día en el curso escolar del coronavirus
El covid-19 altera la vida educativa, que volverá en septiembre con el reto de que sean clases presenciales


La clave, conseguir que cada aula sea una unidad aislada del resto para poder controlar los contagios

Carlos Márquez Daniel
Barcelona - Sábado, 25/07/2020 - 16:58

Un día en el curso escolar del coronavirus

La familia Giné Bassas vive en una ciudad catalana de tamaño medio. Los dos peques, Martina (12 años)  y Félix (8), empezaron el cole hace ya seis semanas. Nada más y nada menos que el curso 2020-2021; el de la peculiar enseñanza presencial, el de la espera de la vacuna de la covid-19, el que sigue a ese trimestre virtual en el que todos, alumnos, docentes y padres, tuvieron que adaptar la educación a los caprichos de la pandemia. Este es el relato ficticio de un día cualquiera en la escuela, de cómo están previstas las cosas si no hay un nuevo confinamiento; con todas sus peculiaridades, donde todo cambia para que se quede lo más importante: la mejor formación posible para las futuras generaciones. Eso sí, con buena parte de las decisiones importantes en manos de las direcciones de los centros, que a finales de mes deben presentar un plan en el que detallen cómo organizarán grupos y espacios. Todo, con la fragilidad propia de la pandemia y con el temor a nuevos contagios. Y en un entorno tan volátil como es un colegio.

Es martes 20 de octubre del 2020 y los nuevos hábitos ya empiezan a calar. Climent y Montse se han levantado a las siete, algo antes que el año pasado. Él se afeita mientras ella se ducha. Si lo normal era despertar a los peques a las 7.30 horas, ahora los separan de las sábanas un cuarto de hora antes, ya que la escuela, con unos 700 alumnos, ha establecido turnos de entrada para evitar aglomeraciones. Félix entra a las 8.35 horas y Martina, 15 minutos después. Antes llegaban todos a las nueve en una suerte de tsunami infantil, pero ahora, el cole, siguiendo las indicaciones de Educació, ha espaciado el acceso media hora. Para esponjar la cosa, y al margen de los horarios, se han abierto puertas que llevaban tiempo en desuso y se ha solicitado el apoyo de la policía local para evitar que los que traen a los niños en coche congestionen la zona. Un engranaje en el que están todos implicados: comunidad educativa, familias y ayuntamientos.

Mamá y papá se quedan fuera

Los padres, que antes podían acceder al cole sin problema, ahora se quedan fuera para evitar que el virus, en el caso de que haya algún infectado adulto, se cuele en el centro educativo. Solo entran para mantener alguna reunión con un tutor o para participar, como expertos en alguna materia, en alguna clase. Siempre, por supuesto, con la mascarilla y manteniendo el metro y medio de rigor. Un cambio de hábitos que no ha sido fácil implantar, sobre todo en los cursos más pequeños, donde lo habitual es que papá y mamá despidan al renacuajo en la misma puerta de la clase. Otros coles de mayor tamaño, que usan el patio como aparcamiento de las familias, han tenido que llevar a cabo una ardua campaña de pedagogía no exenta de crítica por parte de algunas familias que han visto muy complicada su logística matinal.

Martina tiene una amiga con tres hermanos pequeños. Todos van al cole. Para estos casos con la entrada tan espaciada en un mismo núcleo familiar, la escuela ha habilitado un lugar de permanencias, financiado por el Govern en la escuela pública y concertada (eso prometió la 'conselleria'), para que la familia no tenga que esperar. En ese espacio, los peques llevan mascarilla. Y no se la quitan hasta que un docente les deja en su clase.

Potección constante

Todos los estudiantes, de hecho, entran a la escuela con la mascarilla puesta. También los profesores y resto de profesionales –limpieza, apoyo pedagógico, administración o de cocina–, que en su caso, tienen a su disposición en el centro, o así debería ser, material para aislarse del coronavirus. Es la norma número 1 de la nueva era: en las estancias comunes, protección absoluta y distancia de seguridad, y siempre que sea posible, limpieza a fondo de manos.

Félix y Martina tienen asignado un grupo estable de educación, la clase de toda la vida, pero con la peculiaridad de que ahora son unidades mucho más estancas de lo habitual, reduciendo, en la medida de lo posible, la ratio máxima de los cursos anteriores (o como mínimo, esa es la promesa, sin incrementarla), y sin contacto directo con el resto de grupos para poder controlar  y contener los contagios. En ese aula pueden quitarse la mascarilla. Sobre las 10, Félix, que ha entrado un poco apurado al cole, le pide al profe ir al baño. Parece urgente, así que le dan permiso, pero con el recordatorio de que tiene que cubrir su rostro siempre que abandone la clase. En el pasillo se encuentra a Matías, de la clase de al lado, que también ha salido con la cara cubierta para que la enfermería le trate un molesto dolor de barriga. Martina tiene inglés a las 11 horas. La imparte Collin, un maestro nativo que se encarga de varios cursos. Como no tiene un grupo estable asignado, este irlandés de Cork tiene que dar clase con la mascarilla y manteniendo 1,5 metros de distancia con los chavales.

A comer, pero con distancias

Hora de comer. Lo normal era un sálvese quien pueda en un comedor inmenso con dos turnos: primero los pequeños, luego los mayores. Ahora es todo mucho más quirúrgico, más calculado. Los alumnos de cada grupo estable educativo comen juntos, separados del resto de unidades. La dirección ha decidido hacer tres turnos y habilitar una sala contigua para poder garantizar que los chavales no se mezclan.
Es martes y a Félix le toca ajedrez a mediodía. Lo viene a recoger al comedor un monitor con mascarilla. Durante la lección, que comparte con niños de otras clases, se cubre el rostro. Luego, todos al patio. Lo ideal es que jueguen juntos los niños de una misma clase. Pero como eso es imposible, tanto Martina como Félix, si se acercan más de metro y medio a sus amigos de otros grupos, se colocan la mascarilla. Incómodo, pero es lo que hay. En la salida al patio matinal, de hecho, la escuela ha decidido establecer tandas para evitar que coincidan todos a la vez. Ya lo dijo el conseller Josep Bargalló: "Ya no hablamos de la hora del patio, sino de las horas del patio".

Martina tiene educación física después de comer. Aunque el cole tiene pabellón, la idea es realizar ejercicio siempre en el exterior. Pueden usar los vestuarios porque están bien ventilados y se desinfectan después de que un grupo  haya pasado. El profe lleva mascarilla, puesto que se hace cargo de distintas clases. Mientras tanto, Félix, que ha iniciado un proyecto sobre el clima, ha subido a la azotea de la escuela, donde hay instalada una estación meteorológica. Han tenido que atravesar pasillos y subir tres plantas, así que, en todo momento, se han cubierto el rostro. Una vez en el techo, y al aire libre, han podido guardarla.

Extraescolares protegidas

Terminada la jornada escolar, la salida de los estudiantes se hace también por turnos para evitar que abandonen el cole todos a la vez. Martina sale antes y espera a su hermano. Se marchan juntos, con la mascarilla colocada. Ella tiene entreno de baloncesto y Félix tiene clase de guitarra. En ambos casos rige la normativa que obliga al uso de la mascarilla. Llegan a casa a las 18.30 horas, y antes de saludar, se lavan las manos. Algo de deberes, cena y a la cama pronto, que mañana Félix tiene excursión a un parque. Porque sí, las salidas y las colonias se mantienen intactas. Con esa idea de que no solo la educación no se toca; tampoco los pequeños detalles que la hacen inolvidable.

Inquietud entre el profesorado

El Govern anunció hace un par de semanas la previsión de contratar más de 8.000 profesionales vinculados al ámbito educativo para reforzar las plantillas de la escuela pública y concertada de cara a este curso tan rodeado de incertidumbre. Más allá de la cifra, insuficiente para los sindicatos del sector, subyace el miedo de los profesores a contagiarse en entornos tan volátiles como son los colegios. Ese temor se convierte en seria preocupación en el caso de los docentes más vulnerables. 

Todos los maestros que sean población de riesgo pasarán por una revisión médica que acredite su condición, si no pueden realizar su tarea educativa, el Departament d'Educació les buscará un substituto. En los foros de maestros abundan las dudas sobre cómo se actuará en caso de tener un positivo en el centro o si se dispondrá de todas las medidas de protección. Son ellos los que conocen bien cómo funciona la escuela, y lo difícil que será controlar que los niños cumplan las normas.


antonioalesmartinez

Este artículo es más bien un relato de ciencia ficción ¿no?

Cervantes

Los que por  edad o por enfermedades si se les deniege el pertenecer al personal de riesgo y por lo tanto se tengan que incorporar al trabajo los están mandando al hospital de cabeza o incluso al tanatorio. Me parece que es denunciable ante los tribunales 100%

alboradas

El sudoku "imposible" para la vuelta al cole en tiempos de COVID-19

    Un repaso práctico al cumplimiento de las medidas de seguridad e higiene que los centros escolares deberán cumplir para garantizar la enseñanza presencial en septiembre desnuda las carencias crónicas del sistema educativo acumuladas durante años.


https://www.eldiario.es/andalucia/sevilla/sudoku-imposible-vuelta-cole-tiempos-covid-19_1_6127496.html

pressfield

Pues algunos padres ya nos están poniendo a parir, que si hemos estado tres meses de vacaciones, que si no hemos hecho nada y luego dicen que los niños tienen que ir al cole, que ellos no pueden estar con ellos más tiempo, que se tienen que ir a trabajar y que deben abrir los coles si o sí y además que si algún maestro enferma pues mala suerte, es su trabajo. Todos estos comentarios, resumidos, los he leido en un foro de un periódico de Málaga y me he puesto las manos en la cabez con la idea que tiene muchos papis de nosotros. Yo en mi misma familia tuve la semana pasada unas palabras subidas de tono con un cuñado mio que me tachaba de vago y de estar de vacaciones; para que veais que hay un sector social que nos odia.
Saludos.


trankas

Cita de: pressfield en 26 Julio, 2020, 11:15:50 AM
Pues algunos padres ya nos están poniendo a parir, que si hemos estado tres meses de vacaciones, que si no hemos hecho nada y luego dicen que los niños tienen que ir al cole, que ellos no pueden estar con ellos más tiempo, que se tienen que ir a trabajar y que deben abrir los coles si o sí y además que si algún maestro enferma pues mala suerte, es su trabajo. Todos estos comentarios, resumidos, los he leido en un foro de un periódico de Málaga y me he puesto las manos en la cabez con la idea que tiene muchos papis de nosotros. Yo en mi misma familia tuve la semana pasada unas palabras subidas de tono con un cuñado mio que me tachaba de vago y de estar de vacaciones; para que veais que hay un sector social que nos odia.
Saludos.

Yo siempre les contesto lo mismo: "Si tan bien vivimos..por qué no te sumas al carro??? o es que eres de los que prefieres mantenernos a los demás trabajando más que nadie?...."

Probable respuesta: "Es que yo no he tenido oportunidad....es que yo no puedo con los niños....es que yo ya tengo mi trabajo....bla bla bla..."

En Resumen: ENVIDIA ESPAÑOLA!!....que hay muchaaaaa...

Lo que pasa es que hay padres que está hasta la p.....de tener hijos en casa dando por c.......y quieren quitárselos del medio...si tan poco trabajamos...para qué mandarlos al colegio??....si total...no van a aprender nada según ellos.....(Respuesta: el colegio es una guardería para estos...)


alboradas

Cita de: pressfield en 26 Julio, 2020, 11:15:50 AM
Pues algunos padres ya nos están poniendo a parir, que si hemos estado tres meses de vacaciones, que si no hemos hecho nada y luego dicen que los niños tienen que ir al cole, que ellos no pueden estar con ellos más tiempo, que se tienen que ir a trabajar y que deben abrir los coles si o sí y además que si algún maestro enferma pues mala suerte, es su trabajo. Todos estos comentarios, resumidos, los he leido en un foro de un periódico de Málaga y me he puesto las manos en la cabez con la idea que tiene muchos papis de nosotros. Yo en mi misma familia tuve la semana pasada unas palabras subidas de tono con un cuñado mio que me tachaba de vago y de estar de vacaciones; para que veais que hay un sector social que nos odia.
Saludos.

Pero si esto no lo vamos a erradicar nunca. Como bien dice el compañero, es la envidia, además de (viene al caso) los comentarios de cuñao.

Con lo que pasamos en el confinamiento, dejándonos las lumbares y la vista con el ordenador portátil, así como los nervios tratando de atender lo mejor posible y a cualquier hora al alumnado y familia.

Eso no lo ven ni lo quieren ver. Tendremos que ir sacando conclusiones para lo que se nos viene encima.

Además, eso de si te enfermas es tu problema porque es tu trabajo falla por su base.

En cualquier trabajo el puesto ha de reunir las mínimas condiciones. Que no estamos en las galeras.

Cómo le gusta piar a la gente.

Saludos.


¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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