¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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Ley Celaa

Iniciado por olympe, 16 Octubre, 2020, 18:23:00 PM

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Farfanus

Cita de: Chacal en 01 Diciembre, 2020, 20:14:40 PM
Con esto no señalo a nadie y señalo a todo, también había fracaso escolar y disrupción en la EGB. Para mí es un sistema mitificado, con sus pros y sus contras, será que la década de los 80 tiene un aura happy flower que todo lo que toca es mejor que lo de ahora.

Con la EGB la gente sabía leer y escribir. Ya no.

albay

Cita de: Farfanus en 01 Diciembre, 2020, 21:55:37 PM
Cita de: Chacal en 01 Diciembre, 2020, 20:14:40 PM
Con esto no señalo a nadie y señalo a todo, también había fracaso escolar y disrupción en la EGB. Para mí es un sistema mitificado, con sus pros y sus contras, será que la década de los 80 tiene un aura happy flower que todo lo que toca es mejor que lo de ahora.

Con la EGB la gente sabía leer y escribir. Ya no.

Los que la terminaban.


RM

Yo he dado clase en EGB. y en la Eso y me quedo con la primera q se debería haber reformado y mejorado,pero no  cargàrsela para poner el engendro de la Eso .

jmcala

Las personas deben ser libres. Desde que nacen hasta que mueren.

Ninguna ley educativa tiene esa premisa en cuenta. Se parte de la idea de que los niños primero, y los jóvenes después, son débiles mentales que no tienen capacidad alguna para discernir lo que les conviene. Se arma una estructura y se les OBLIGA a formar parte de ella, sin derecho a nada "de facto" aunque en las leyes se maquille con una participación que es absurda.

Los políticos y los pedagogos de cabecera pueden seguir elucubrando e inventando las palabrejas que quieran: la enseñanza lleva inventada desde que el hombre es hombre. Uno sabe y otros quieres saber. Si no se parte de de ahí se está condenado al fracaso. Si uno observa a los niños se da cuenta al instante de que se sienten impelidos a agruparse y aprender juntos. Si los adultos NO interfieren en sus dinámicas, en poco tiempo se establecen códigos que les permiten interactuar y estar juntos. Son esos códigos los que hacen que puedan crecer de manera correcta y comprender cómo se vive y convive en grupo.

Los colegios son justo lo contrario. Sitios en los que se cercena esa libertad y eso da la cobertura perfecta para presentar cosas que les pueden ser irrelevantes de modos nada interesantes y que deben tragar sin posibilidad de evitarlo. Los llaman temarios y no han variado un ápice en su fundamento y, menos aún, en la manera de ser presentados. La "convivencia" en los centros escolares consiste en forzar a los menores a estar y soportar a todo quisque, lo que genera en ellos un desajuste que les impide saber interpretar esos códigos necesarios para manejarse en grupo.

Las familias, que también tienen que servir de referencia para todo los aspectos de la vida que no son el trato con iguales, no pueden ejercer esa obligación que tienen con sus menores porque se les priva de la posibilidad de hacerlo. Los horarios que tenemos en este país son ABSURDOS, además de insanos, y provocan, entre otras cosas, unos niveles de productividad que son el hazmellorar del primer mundo. No solo no los criticamos sino que estamos orgullosos de esos horarios inhumanos. Se puede escuchar a mucha gente decir que España es donde mejor se vive... Te lo dice alguien que está fuera de su casa más de doce horas para trabajar ocho y que no aspira a nada distinto de eso hasta jubilarse. Eso sí, los turistas, jubilados de ciertos países eurpeos y ricos viven de maravilla en este país. ¡Claro! Parece como si el que trabaja de sol a sol aspirara a hacer lo mismo en breve.

Esos niños se hacen jóvenes y se les pasa a otros centros escolares donde confluyen personas en etapas evolutivas muy dispares y en los que las normas y habilidades que debieron aprender de niños se hacen esenciales. Como llegan sin haberlas adquirido, la convivencia se convierte en un sindios y ocurren desajustes graves. A los adultos se les traslada la responsabilidad de lidiar con semejantes desajustes y, dado que siguen siendo rehenes del sistema, la colaboración de muchos de ellos con las normas es nula. También hay que recodar que están en una etapa en la que el desafío a las normas es una característica de su evolución como personas. Los adultos adoptan el mecanismo universal en España que es la prohibición de todo aquello que pueda significar un atisbo de libertad. Como esas normas rayan el absurdo, los jovénes juegan a burlarlas y se establece una dinámica que no tiene fin porque se ha destarrado la DISCIPLINA de los centros educativos.

En ese caos conductual, en ese escenario en el que la inmensa mayoría de las personas que forman parte del sistema están incómodos y hartos, se supone que se debe producir el milagro de la educación. La comparación es clara: es como si yo secuestro a una persona, la encierro, la obligo a hacer cosas que no le gustan, no la dejo hacer algo que pueda serle de interés y pretendo que se enamore de mí. Eso es lo que tenemos en los institutos.

Los jóvenes, yo diría que la mayoría, ODIAN el instituto. Muchos de ellos comprenden que es una obligación que tienen que hacer y se prestan a pasar el trámite, con lo que aspiran a APROBAR, es decir, a saltar los obstáculos que se les ponga en el camino y salir lo antes posible y con los menores daños posibles del trance. A esos alumnos los consideramos buenos estudiantes. Muchos otros no son capaces de saltar los obstáculos y van tropezando, dejándose jirones de piel en cada caída y parte de su ánimo inicial. Son nobles y aún tienen familias que se preocupan y tratan de levantarlos tras cada caída. Los hay con suerte y también gozan del cariño de sus profesores y profesoras, con lo que llegan al final del trayecto y acaban el trámite. Suelen terminar exhaustos y se plantean si merece la pena seguir adelante en ese sistema. Otro grupo nutrido de esos jóvenes no corren la misma suerte y no sienten apoyo alguno tras las caídas, pierden el ánimo y comienzan a desfallecer. Son esos estudiantes que "no hacen nada" y vemos cómo van a los centros a calentar la silla y poco más. Parte de ellos son nobles y tranquilos y pueden estar seis horas diarias de ese modo sin perder la cabeza, mientras que otra parte centran su atención sobre el reducido grupo de jóvenes que, siendo conscientes de que no pintan nada en ese sistema que les es ajeno, deciden dar la batalla de todas las maneras que puedan, desafiando de manera continua cualquier asomo de disciplina o norma. Esos son los "malos" de los centros y que van reclutando nuevos efectivos a medida que pasan los años, esos jóvenes que quedan en tierra de nadie.

Las leyes educativas españolas nunca han tenido en cuenta a las personas, por eso son absurdas y no llegarán a nada bueno. Aquí se apuesta por algo absurdo. Hay países que son consecuentes con un modelo de disciplina férrea en el que predomina el adiestramiento sobre la educación, como ocurre en algunos países asiáticos, y sus alumnos crecen con normas estrictas y sin libertad para poder desarrollarse de forma sana. Otros países apuestan por sistemas basados en la libertad personal y adaptan los espacios a esas dinámicas, siendo los centros los que deben hacerse atractivos a los niños y jóvenes. Aquí nos quedamos a medio camino entre ambos modelos, siendo que en este caso el término medio no es virtud alguna.


Chacal

Cita de: Farfanus en 01 Diciembre, 2020, 21:55:37 PM
Cita de: Chacal en 01 Diciembre, 2020, 20:14:40 PM
Con esto no señalo a nadie y señalo a todo, también había fracaso escolar y disrupción en la EGB. Para mí es un sistema mitificado, con sus pros y sus contras, será que la década de los 80 tiene un aura happy flower que todo lo que toca es mejor que lo de ahora.

Con la EGB la gente sabía leer y escribir. Ya no.

Creo que es una afirmación muy contundente y nada demostrable.

Chacal

Yo siempre pienso que es imposible eliminar el halo nostálgico de nuestro pasado escolar. Por el motivo que sea, nosotros, como jóvenes éramos mejores que los de ahora, y como alumnos, también, aunque recordemos las barrabasadas de fulanito y menganito en clase de zutanito.

Recuerdo que en la EGB, estar sentado y parecer bueno en el sitio, contaba pues como ahora. También recuerdo a mi compañero Rubén (ahora empresario) pero que tripitió (2 veces 6º y una 7º). La uniformización, añorada ahora por muchos, se defiende como un mito del esfuerzo y el mérito, muchos se quedaban por el camino, como ahora.

Y si ya comento la llegada al instituto. Nula atención del profesorado y discursos perentorios en clase, como puede ocurrir ahora. Al final, entre las clases particulares de tal y cual asignatura y apuntes de otros, sacábamos adelante varias materias porque claro, el profesor dictaba o explicaba y no se podía ni rechistar. Supongo que habría profesores y profesores (como ahora) pero mi percepción del sistema educativo era pésima, aún así, siempre desee dedicarme a la enseñanza.

Al listón llegaban muy poco y de los que se caian apenas se preocupaba nadie. La memoria era la estrella en el 95% del proceso, en el colegio y en el instituto. Si hablamos del inglés, mejor no hacerlo.


respublica

Cita de: jmcala en 02 Diciembre, 2020, 19:00:44 PM
Las personas deben ser libres. Desde que nacen hasta que mueren...


Muy interesantes tus reflexiones JMCala.


Saludos.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

toroloco

Cita de: jmcala en 02 Diciembre, 2020, 19:00:44 PM
Las personas deben ser libres. Desde que nacen hasta que mueren.

Ninguna ley educativa tiene esa premisa en cuenta. Se parte de la idea de que los niños primero, y los jóvenes después, son débiles mentales que no tienen capacidad alguna para discernir lo que les conviene. Se arma una estructura y se les OBLIGA a formar parte de ella, sin derecho a nada "de facto" aunque en las leyes se maquille con una participación que es absurda.

Los políticos y los pedagogos de cabecera pueden seguir elucubrando e inventando las palabrejas que quieran: la enseñanza lleva inventada desde que el hombre es hombre. Uno sabe y otros quieres saber. Si no se parte de de ahí se está condenado al fracaso. Si uno observa a los niños se da cuenta al instante de que se sienten impelidos a agruparse y aprender juntos. Si los adultos NO interfieren en sus dinámicas, en poco tiempo se establecen códigos que les permiten interactuar y estar juntos. Son esos códigos los que hacen que puedan crecer de manera correcta y comprender cómo se vive y convive en grupo.

Los colegios son justo lo contrario. Sitios en los que se cercena esa libertad y eso da la cobertura perfecta para presentar cosas que les pueden ser irrelevantes de modos nada interesantes y que deben tragar sin posibilidad de evitarlo. Los llaman temarios y no han variado un ápice en su fundamento y, menos aún, en la manera de ser presentados. La "convivencia" en los centros escolares consiste en forzar a los menores a estar y soportar a todo quisque, lo que genera en ellos un desajuste que les impide saber interpretar esos códigos necesarios para manejarse en grupo.

Las familias, que también tienen que servir de referencia para todo los aspectos de la vida que no son el trato con iguales, no pueden ejercer esa obligación que tienen con sus menores porque se les priva de la posibilidad de hacerlo. Los horarios que tenemos en este país son ABSURDOS, además de insanos, y provocan, entre otras cosas, unos niveles de productividad que son el hazmellorar del primer mundo. No solo no los criticamos sino que estamos orgullosos de esos horarios inhumanos. Se puede escuchar a mucha gente decir que España es donde mejor se vive... Te lo dice alguien que está fuera de su casa más de doce horas para trabajar ocho y que no aspira a nada distinto de eso hasta jubilarse. Eso sí, los turistas, jubilados de ciertos países eurpeos y ricos viven de maravilla en este país. ¡Claro! Parece como si el que trabaja de sol a sol aspirara a hacer lo mismo en breve.

Esos niños se hacen jóvenes y se les pasa a otros centros escolares donde confluyen personas en etapas evolutivas muy dispares y en los que las normas y habilidades que debieron aprender de niños se hacen esenciales. Como llegan sin haberlas adquirido, la convivencia se convierte en un sindios y ocurren desajustes graves. A los adultos se les traslada la responsabilidad de lidiar con semejantes desajustes y, dado que siguen siendo rehenes del sistema, la colaboración de muchos de ellos con las normas es nula. También hay que recodar que están en una etapa en la que el desafío a las normas es una característica de su evolución como personas. Los adultos adoptan el mecanismo universal en España que es la prohibición de todo aquello que pueda significar un atisbo de libertad. Como esas normas rayan el absurdo, los jovénes juegan a burlarlas y se establece una dinámica que no tiene fin porque se ha destarrado la DISCIPLINA de los centros educativos.

En ese caos conductual, en ese escenario en el que la inmensa mayoría de las personas que forman parte del sistema están incómodos y hartos, se supone que se debe producir el milagro de la educación. La comparación es clara: es como si yo secuestro a una persona, la encierro, la obligo a hacer cosas que no le gustan, no la dejo hacer algo que pueda serle de interés y pretendo que se enamore de mí. Eso es lo que tenemos en los institutos.

Los jóvenes, yo diría que la mayoría, ODIAN el instituto. Muchos de ellos comprenden que es una obligación que tienen que hacer y se prestan a pasar el trámite, con lo que aspiran a APROBAR, es decir, a saltar los obstáculos que se les ponga en el camino y salir lo antes posible y con los menores daños posibles del trance. A esos alumnos los consideramos buenos estudiantes. Muchos otros no son capaces de saltar los obstáculos y van tropezando, dejándose jirones de piel en cada caída y parte de su ánimo inicial. Son nobles y aún tienen familias que se preocupan y tratan de levantarlos tras cada caída. Los hay con suerte y también gozan del cariño de sus profesores y profesoras, con lo que llegan al final del trayecto y acaban el trámite. Suelen terminar exhaustos y se plantean si merece la pena seguir adelante en ese sistema. Otro grupo nutrido de esos jóvenes no corren la misma suerte y no sienten apoyo alguno tras las caídas, pierden el ánimo y comienzan a desfallecer. Son esos estudiantes que "no hacen nada" y vemos cómo van a los centros a calentar la silla y poco más. Parte de ellos son nobles y tranquilos y pueden estar seis horas diarias de ese modo sin perder la cabeza, mientras que otra parte centran su atención sobre el reducido grupo de jóvenes que, siendo conscientes de que no pintan nada en ese sistema que les es ajeno, deciden dar la batalla de todas las maneras que puedan, desafiando de manera continua cualquier asomo de disciplina o norma. Esos son los "malos" de los centros y que van reclutando nuevos efectivos a medida que pasan los años, esos jóvenes que quedan en tierra de nadie.

Las leyes educativas españolas nunca han tenido en cuenta a las personas, por eso son absurdas y no llegarán a nada bueno. Aquí se apuesta por algo absurdo. Hay países que son consecuentes con un modelo de disciplina férrea en el que predomina el adiestramiento sobre la educación, como ocurre en algunos países asiáticos, y sus alumnos crecen con normas estrictas y sin libertad para poder desarrollarse de forma sana. Otros países apuestan por sistemas basados en la libertad personal y adaptan los espacios a esas dinámicas, siendo los centros los que deben hacerse atractivos a los niños y jóvenes. Aquí nos quedamos a medio camino entre ambos modelos, siendo que en este caso el término medio no es virtud alguna.

Muy bueno jmcala.


RM

jmcala:

Bastante buena tu reflexión,pero éso no justifica ni lo que hacen algunos alumnos,ni lo que hacen algunos profesores.

Algunos decís que las leyes no fomentan los problemas de convivencia,yo afirmo lo contrario.

Cuando a un alumno que ha ido progresando por imperativo legal en la Primaria,con muchas lagunas,sin apoyos y sin refuerzos,lo metes en un IES mastodóntico,con más de 11 profesores,con una jornada irracional de 6 hrs y media,un montón de materias,unos programas teoricistas enormes,sin darle alternativas a sus intereses,sin apoyos,sin atención individualizada,mezclado con varios niveles en una clase de 30,estás creando un gran problema.Algunos alumnos lo soportan,muchos otros no.

Y todo lo anterior lo propone y lo permite la ley en vigor,sea pepera o socialista,con el apoyo o sin el apoyo de UP.

RM

La EGB para mí no era mejor por ser idílica,que no lo era,ya que había sus problemas ,pero tenía algunas ventajas respecto a lo de ahora,en mi opinión, referente a la ESO;creo que se debería haber reformado, pero no para cargársela y  no en el sentido que lo hizo la izquierda con la LOGSE.Expongo algunos aspectos positivos que se cargó la LOGSE y que siguen intactos desde entonces:

-Centros de EGB más pequeños que los IES.
-Ratios de 25 frente a 30.
-5 hrs de clase frente a 6,5 hrs
-a los 14 posibilidad de FP.ahora a los 15
-menos materias que ahora
-más atención personalizada
-alumnos de 12 a 14 no mezclados con alumnos de hasta 18 años.

Los maestros,y yo lo soy,opinamos y dijimos que sería un gran error el gran cambio que hacía la LOGSE;no nos hicieron caso y ya vimos lo que sucedió.


¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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