¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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O.T. VERSOS, PROSAS Y CANCIONES JARAMAGAS.

Iniciado por Aldeire, 21 Febrero, 2010, 19:54:22 PM

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ChusCyL

El dulce latido de la ternura: la cura cuando atemoriza la soledad.
Por si sirve, la mía. Sin escatimar 




Es largo el camino que voy dejando atrás
pero me quiero ligero de su equipaje,
que de nada me sirven tantos azares,
ni los viejos caminos ni el azul del mar,
si en su interior no siento como late, late
el frágil arte de la ternura...

De tu amor lo espero todo y tanto espero
que con él escribo un canto para mi atardecer,
amo el ansia de tus ojos,
el impúdico arco de tu cuerpo desnudo,
pero, amor, te quiero todavía más y siempre, más aún
sabiéndote esclavo de la ternura...

Del dulce latido de la ternura
que espera...
la ternura
que exalta...
la ternura
que nos cura cuando atemoriza la soledad

El mundo que vivo no lo siento mío a menudo
y conozco los porqués de una revuelta:
miseria y guerra, hambre y muerte,
fascismo y odio, rabia y miedo,
rechazo un mundo que llora estas penas, tanta pena,
pero de repente... llega... la ternura.

Ah, si no fuera por la ternura
que espera,
la ternura
que exalta,
la ternura
que nos cura cuando atemoriza la soledad.


anaidbesos anaidbesos

Iam tempus est agi res

Aldeire


Aldeire


¿Qué valor práctico tiene la filosofía?

Santiago Alba Rico.

La pregunta por el valor práctico de la filosofía es la pregunta por el valor práctico de hacerse preguntas en un mundo que ofrece sólo -al contrario de lo que se piensa- respuestas. El mundo mismo, de hecho, tal y como está configurado, es una respuesta compleja que se anticipa a preguntas que aún no se han hecho o que incluso no se pueden hacer. Pienso en el mundo llamado "natural" o cosmos, que antes de presentar enigmas ante nuestros ojos -las estrellas, por ejemplo- nos proporciona la luz del sol, respuesta atmosférica que nos permite vivir sin hacernos demasiadas preguntas. Pero pienso también en el universo social, una membranosa red de respuestas articuladas en la que ponemos el pie cada mañana sabiendo bien qué es lo que tenemos que hacer: cómo vestirnos, de qué manera saludar, a quién respetar y, más importante aún, de dónde proceden nuestros medios de subsistencia. Una sociedad es un correoso conjunto de respuestas por cuyos corredores nos movemos con más o menos facilidad, pero dando por supuesto que no hay otro orden posible y sin hacernos, por tanto, demasiadas preguntas. La respuesta es, en cada momento y todo el rato, precisamente Todo.

No todas las preguntas son filosóficas, es verdad, pero las que no lo son no son verdaderas preguntas. La pregunta del enamorado que aún no sabe si la amada lo aceptará, no es una pregunta filosófica, aunque sí lo es la pregunta sobre el amor mismo; tampoco es filosófica la pregunta de un trabajador que no sabe si el banco le concederá un crédito, pero sí lo es la pregunta sobre el trabajo mismo. Sólo el preguntar sobre el mundo -natural o social- puede definirse como un preguntar filosófico. ¿Y las respuestas? ¿Cómo son las respuestas filosóficas? Me atrevería a decir que no hay respuestas propiamente filosóficas y que las respuestas a las preguntas filosóficas son respuestas -según el caso- científicas, antropológicas, religiosas, políticas. La filosofía pregunta y responden las distintas disciplinas, las teóricas y las "pragmáticas", sin agotar nunca el espacio de la filosofía para seguir preguntando.

¿En qué sentido se puede atribuir un valor práctico a una pregunta filosófica? ¿Para qué sirve preguntar? Básicamente para debilitar el mundo. ¿Y para qué puede servir debilitar el mundo? Para introducir permanentemente en él la idea de la muerte -la natural y la social- y con ella la diferencia entre lo remediable y lo irremediable. Preguntarse sobre el amor es preguntarse por la posibilidad misma de eternizarse como cuerpo mortal; preguntarse por el trabajo es preguntarse por la posibilidad de introducir un orden distinto de reproducción de los cuerpos (y de la mortalidad). Un mundo debilitado es un mundo en el que sé lo que soy ("conócete a ti mismo") y sé lo que puedo hacer ("cambiar lo remediable"). Un mundo en el que soy débil, y en el que por tanto necesito compañía; y un mundo en el que soy fuerte, y en el que me dispongo para la acción.

Ninguna pregunta filosófica lleva por sí misma a la intervención en el mundo; pero ningún mundo puede experimentar un cambio sin una pregunta filosófica. Porque la pregunta última, al margen de la filosofía, es la que lo decide todo: ¿queremos cambiarlo o no?



ChusCyL

Mi querida niña, el sol se levanta cada día aunque algunas nubes, a veces, le tapen la luz. No se rinde y espera tu amanecer.


Iam tempus est agi res

ChusCyL

Vengo a echar una charleta contigo, lo demás puede esperar.

No es de ahora:

Modo no acepto
Belén Gopegui
24-06-2011

Dice Tolstoi en una definición que me interesa por osada, osada por humilde: "El arte comienza cuando una persona expresa un sentimiento a través de ciertas indicaciones externas con el objeto de unir a otro u otros en el mismo sentimiento". No reduzcamos el término a la dualidad burguesa, no aceptemos la dicotomía y recordemos con Brecht que los sentimientos se imaginan tanto como los pensamientos se palpan. Aunque la mayor parte de la academia y de la crítica no aceptaría la definición de Tolstoi, en realidad seguramente nadie negaría tampoco que el arte es eso, sino que dirían que es, además, otras cosas. Althuser, por ejemplo, refiriéndose a los novelistas señala que "no dan conocimiento del mundo que nos describen, nos dan solamente una "vista", un "percibir" o "sentir" la realidad de la ideología de este mundo".

Yo he considerado que una novela es, o puede ser, tomando la expresión que Raymond Williams usa en otro contexto, la estructura de un sentimiento. No sólo es eso, hay novelas diferentes y condiciones de escritura diferentes. Diré entonces que he planteado la novela que hoy presentamos como la estructura de un sentimiento. Si en otros libros míos los protagonistas terminan buscando una casa lejos entre mimbreras o naranjos o en un ciudad apartada donde las condiciones de trabajo parezcan y acaso sean algo más benignas, en esta novela no se va nadie. Todo es dentro y con esto no me refiero al fin de la historia, en absoluto, sino a que la lucha se produce en el interior del sistema hasta tanto construyamos uno distinto. He tratado, siguiendo a Tolstoi, de unir a otras personas en el sentimiento del no que se imagina y se pone en marcha; el antagonismo cuando no hay un sí a la vuelta de la esquina; cuando no basta la disyuntiva de un momento, que separa y elige; cuando, como decía, todo es dentro. ¿Cómo estructurarlo en una narración? En primer lugar necesitaba dar tratamiento de lugar cercado a lo que en literatura suele aparecer como escenario, espacio abierto y neutral donde todo sería posible. No escribir, diríamos, ateniéndose a la geometría euclidiana, un espacio tridimensional que se despliega sobre un supuesto plano neutro, sino considerar algo más parecido al espacio-tiempo, allí donde el entorno no es algo externo a los cuerpos sino una propiedad de los mismos y que por tanto se modifica con su acción, su fuerza y su infortunio. Si en algunos momentos la atmósfera de Acceso no autorizado puede parecer turbadora o asfixiante, la intención no es otra que narrar los vínculos: no hay un plano sobre el cual las vidas son golpeadas o ensalzadas por las condiciones de existencia, y sobre el que tiene lugar una aventura, un desencuentro, una persecución, un matrimonio. Son los movimientos los que condicionan el espacio. La aceptación o el conflicto, la soledad o la unión, la violencia o la astucia, amplían, niegan, se proyectan en la oscuridad de la calle y en el aire, en la red informática que puede ser usada pero en la que también estamos insertos, en los actos que a su vez generarán un territorio saqueado o libre en según qué proporción.

El "no" que he querido abordar es uno concreto, el rechazo que procede de una tradición de lucha contra el orden injustamente establecido. Un escritor a quien admiro, Erich Hackl, me envió un correo después de leer la novela, le he pedido permiso para leer aquí una de sus observaciones. Dice Hackl, y su frase me da fuerza y acompaña: "No cediste a la convención - que es más bien una orden - de hacer a los buenos un poco malos". Seamos lo más precisas posible dada la carga de prejuicios contra la que trabajamos: No se trata de que haya seres humanos perfectos ni de que alguno lo sea en la novela. Pero hay una convención, que es, como señala Hackl, más bien una orden, según la cual la gran literatura debería tender a mostrarnos sobre todo nuestras miserias en lo que considero la prolongación de una visión reaccionaria acerca de la supuesta naturaleza del mal y del pecado. No cediendo a esa convención elegimos un modo de percibir, un determinado trazo, y no otro, para marcar la ruptura de ese espejo partido que es una novela. Y es también, en este caso, no haber querido construir personajes puestos en modo psicología, sino puestos en modo sabotaje, puestos en modo pico y maza y viejo topo, en aprendizaje del rechazo antes que de la decepción. Esto no significa hacer desaparecer de sus vidas cosas sencillas que también las constituyen, sino sustituir la clave existencial por la finalidad, por un propósito de emancipación común.

Tal vez deba ahora contar un poco de qué trata la novela. Un hacker entra por azar en el ordenador de la vicepresidenta del gobierno y entabla una relación con ella. Tanto la vicepresidenta como el hacker viven vidas marcadas por otros, no sólo por el azar sino por grupos de presión y reglas capitalistas que les impiden actuar según su criterio. La novela cuenta cómo entre ambos y con el apoyo de otras personas articulan un diálogo, y también un rechazo a la política que no se atreve a decir su nombre cuando se subordina a los intereses económicos sin reclamar siquiera el apoyo de una población que podría estar dispuesta a enfrentar esos intereses. ¿Por qué he tomado algunos modelos de la realidad? ¿Por qué he usado parte de los materiales con que están hechos Fernández de la Vega, Gómez Llorente y Rubalcaba? ¿Por qué querer poner de manifiesto una vez más y en palabras de Eider Rodríguez, que "la verosimilitud ocupa en la ficción el espacio que la verdad ocupa en la realidad"? Porque de poco nos servirá una verdad revolucionaria si mantenemos una imaginación dócil a los preceptos del orden dominante. ¿Con qué criterios juzgamos lo que hacen y lo que habrían podido hacer esos personajes que se les parecen? ¿Quién nos dio esos criterios.? ¿Cómo y por qué entraron en el canon de lo imaginariamente admisible y por qué los seguimos aceptando?

Decía Diego, el militante comunista cuya voz tomé prestada para la conferencia Un pistoletazo en un concierto: "Lo que hoy empieza a parecernos inverosímil es un mundo perdido lleno de seres sin capacidad de reaccionar. Y si aún no es inverosímil, yo y muchos como yo vamos a intentar que lo sea". Lo decía en 2007. Si entonces Diego hubiera dicho también que pronto los habitantes de los barrios de Madrid iban a organizarse en asambleas, iban a estructurar su no en columnas procedentes de distintas zonas de la ciudad, iban a ocupar locales para el invierno como habían ocupado las plazas en verano, nadie le habría creído. Pero hay personas y colectivos que mantienen la llama. Cuando algo estalla, o cuando sólo comienza, o incluso cuando comienza y luego se viene abajo y hay que volver a empezar, existen quienes siguieron pensando y actuando desde el no que está dentro, para convertir en posible lo verosímil, lo que aprendieron a considerar verosímil porque antes otros y otras, que casi nunca están en las enciclopedias, les enseñaron. Y hoy que algo está comenzando en la calle, en las asambleas, en la voluntad sostenida de no dar por buenas unas reglas que dividen las clases y los géneros y garantizan libertad de explotar, hoy que hay señales que alumbran, hoy que nos levantaremos, hay también oscuridad al acecho. En la tiniebla, cuando nos arrebaten las linternas de las manos, cuando sólo a lo lejos se escuche la determinación de las demás, cuando ya no te vea, seguiremos sabiendo lo que no nos importa, y nunca podrán hacer que nos importe.

Voy a terminar con una cita de Jean Genet que puede parecer esteticista y alocada pero que dibuja la que creo es una de las capacidades del género novela y a la que llamo modos de estar en el mundo. "Los actos" dice Genet, "no tienen valor estético y moral sino en la medida en que quienes los ejecutan están dotados de poder (...) Este poder nos es dado con suficiente intensidad como para que lo sintamos en nosotros, y ello hace soportable el gesto de agacharse para subir a un coche porque, en el momento en que nos agachamos, una memoria imperceptible nos convierte en una estrella de cine, o en un rey, o en un truhán (que es también un rey), que se agachaba de la misma manera y vimos en la calle o en la pantalla". Genet tenía sus mitos y sus combates, que a veces interseccionan con los nuestros. Y a veces, en el momento de no agacharse, de no aceptar la palmada en el hombro, de no ceder al que halaga los defectos ni reír la gracia al poderoso pero, aún más, también cuando, forzados por la necesidad se la reímos y esperamos, cuando le abrimos la puerta y guardamos una copia de la llave, cuando desde nuestra terminal enviamos una señal de asistencia y lucha coordinada, a veces hay historias, obras de teatro, poemas que, como ese gesto recordado de Genet, estructuran nuestro modo de estar en el mundo. Vivir dentro forzando la máquina, sabiendo que "no hay prisión que no contenga un defecto" y que cuando la presión ejercida se mantiene, algo se vence al otro lado. Oponer la resistencia de los cuerpos que son huesos y agua pero que si se niegan, si se plantan, sólo mediante la violencia podrán ser abatidos. Vivir dentro y no imaginar un afuera inexistente, sino un afuera por existir, y trabajar a su favor, eso quise contar en Acceso no autorizado, muchas gracias.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=130952
Iam tempus est agi res

ChusCyL

Hoy me duele la vida: tu vida. Un cabr.n.zo traidor y maligno se va abriendo paso a dentelladas por tu cuerpo confiado: crece, se esconde, te chupa la esencia y te hace daño. Mucho daño. Mi querida amiga, intuimos... pero no abandonamos. Tú no, nosotros tampoco. Contigo la sonrisa porque no concebimos la derrota. Lo otro, a solas.

¡¡Agárrate fuerte, Teresita!!




Vida

Tal vez me abandonen las palabras
o tal vez me abandonéis vosotros,
o solo los años me dejen
a merced de alguna ola,
a merced de alguna ola.
Mientras llega todo esto,
que por fuerza ha de llegarme,
tal vez tenga tiempo aún de robarle a la vida
y así llenar mi bagaje.
Mientras llega todo esto....vida, vida!

Todavía veo, a veces,
a veces veo, todavía,
mis ojos de niño que buscan
más allá del vidrio helado
un color en la tramontana.
Voces sensatas me dijeron
que era inútil cansarme,
pero un sueño nunca me cansa
y a pesar de mi barba
soy un niño en la mirada.
A veces veo, todavía...vida, vida!

Si envejezco en las palabras,
si envejezco en las palabras,
por favor cerrad la puerta
y huid de la añoranza
de una voz que se apaga.
Que no me ha de dar pena,
que no me dará pena alguna
y andaré de rama en rama
para escuchar lo que canten
nuevos pájaros en mi paisaje.
Que no me dará pena alguna....es vida, vida!

Si la muerte viene a buscarme,
si la muerte viene a buscarme
tiene permiso para entrar en casa,
pero sepa, desde ahora,
que nunca podré amarla.
Y si he de partir con ella,
y si he de partir con ella
todo lo que quede de mí,
sean gusanos, ceniza
o un acorde de mi viaje
quiero que canten este signo...vida, vida!

Tal vez me abandonen las palabras
o tal vez me abandonéis vosotros
o solo los años me dejen
a merced de alguna ola,
a merced de alguna ola.
Mientras todo esto llega...vida, vida!
Mientras todo esto llega...vida, vida!
Iam tempus est agi res

ChusCyL

Niña & Bicho: Bicho & Niña (= extraordinarias criaturas, imprescindibles personas): ¿en las barricadas y en playa habría sitio para esta okupa que se asfixia? Yo os cuido y os quiero (al por mayor).




ALIENTO
(ALÈ)

Ahora que mis ojos entrevén
la serenidad de mi atardecer,
aprendo certeza en la verdad
que antes adivinaba:
Yo sólo tengo un deseo de amor,
un pueblo y una barca.

De tantos ayeres que se deslizan
guardo regalos que ni esperaba,
conchas llenas de tesoros,
dolores que son mi magisterio,
que, con avaricia de niño voraz,
reúno en el equipaje,
pero sólo tengo un deseo de amor,
un pueblo y una barca.
Deseo de amor para no perder
nunca el placer de enamorarte,
un pueblo que me deje compartir
el gozo de amarse
y una barquita, por si la mar
la muerte quisiera darme.

Que con esto me basta
si conmigo tengo los astros,
astros cálidos que me son leales,
que de noche veo en el cielo
y de día en todos vosotros.

Y con el paso de las primaveras
la vida tendrá que desnudarme
de túnicas inútiles para el camino
que lleva hacia la esencia
donde sólo es necesario un deseo
de amor, un pueblo y una barca.

Llegar desnudo de formas vanas
al gesto adusto que todo lo acaba
habiendo entendido que por tanto
amor mi fin quiere ocultarme.
Entonces si el cuerpo me lo permite,
dejará que me engañes,
me iré con un deseo de amor,
un pueblo y una barca,
deseo de amor para no perder nunca
el placer de enamorarte,
un pueblo que me deje compartir
el gozo de quererse,
y una barquita, por si la mar
la muerte quiere darme.

Digueu-els-hi estrelles!
Mátia, Mátia einai t'astéria!
Chiamateli astri!
Llamadles luceros!
Kacvkib! Etoiles! Ko àbim!

Digueu-els-hi estrelles!

anaidbesos    anaidbesos

Iam tempus est agi res

ramonjaramargo

Contamos contigo eh!!!!!!!! vente coño  ;)

anaidbesos
No vengas a rezar a mi escuela y yo no iré a pensar a tu iglesia.

ChusCyL

  [anaidbesos ¡Ay, pequeño...! Con los ojos cerrados y sin equipaje (solo con lo llevo dentro)]

Ahora más que nunca. Los dos, compa, los dos. Nuestra niña necesita todos los mimos y cuidados. Ahora ya  ha llegado su soplo de Vida que llena el vacío doloroso y la colma de Amor. Poco a poco. Le haremos la mejor escala que imaginarse pueda, tentadora y especial, a la que ningún pie pueda resistirse: primero uno, luego otro.

Sin adornos. Un paseo cerca del mar. Contigo, Preciosa.


Dulce Pontes - Nu


Te queremos anaidbesos anaidbesos
Iam tempus est agi res

Francisco Javier

Con permiso de los jaramagos y las jaramagas... puedo, ¿verdad?

Gracias Chus... eres un cielo... no sé si es algo nuevo, ya sabes que mi memoria es de corto alcance... pero es uno de mis violistas favoritos en una interpretación única y hoy es lo que llevo dentro... así que mis adentros para ti.

Argerich - Bashmet - Schubert Arpeggione ( viola / piano ) 1 part I

Cuando no me ve nadie, como ahora, gusto de imaginar a veces si no será la música la única respuesta posible para algunas preguntas


¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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