¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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LA FUENTE DE LAS MUJERES.

Iniciado por Aldeire, 21 Enero, 2012, 19:01:46 PM

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Aldeire

(¡Mierda! No sé cómo se coló una "h" en "ha cambio" y no se puede corregir. Disculpas ortográficas).

Rojo sobre negro, Térek. Tú sí que sabes.  ;)

La pobreza lleva a las mujeres a matrimonios tempranos

IPS


Cuando Kibriyo Khaitova tenía 16 años, sus padres le dijeron que, si no se casaba, se convertiría en una solterona. Así que, como muchas jóvenes de Tayikistán, contrajo matrimonio con un hombre sugerido por su familia. Ahora, tiene 20 años, dos hijos a cargo, y su esposo la abandonó.
"Mis padres me dijeron que ya tenía edad y que necesitaba casarme", contó la joven, quien vive en el valle de Ferghana, zona de Asia central donde siguen fuertemente arraigadas costumbres sociales conservadoras.

"Yo les dije que quería seguir estudiando, pero me respondieron que a los hombres no les gusta las jóvenes educadas y que no se necesita estudiar para ser una buena esposa. La primera vez que vi a mi esposo fue en la boda. Tenía mucho miedo, pero mi abuela me dijo que todo saldría bien", recordó.

La propagada pobreza en Tayikistán es una de las principales causas de los matrimonios tempranos, según un informe de la Fundación Eurasia. En las familias rurales, los hijos varones se convierten en el sostén del hogar, y las niñas son por lo general consideradas una carga financiera.

Este jueves 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, como una jornada para destacar la lucha de ellas por sus derechos y la persistente discriminación en su contra. Este año, las Naciones Unidas han puesto uno de los focos del día en el impacto de esa discriminación en las mujeres pobres.

"Algunos padres creen que sus hijas pueden ser mejor mantenidas por un esposo, y casarlas a una edad temprana es una forma de conservar sus limitados recursos", explicó a EurasiaNet.org la autora del estudio, Azita Ranjbar.

Las familias también instan a los hijos varones a casarse con adolescentes. Cuando las jóvenes tayikas contraen matrimonio, se convierten en "kelins" (nueras) y por lo general pasan a vivir con la familia de su esposo.

De estas se espera que "sean obedientes, asistan a sus suegras con las tareas domésticas y, en algunas zonas del país, también con la agricultura de subsistencia", explicó Ranjbar.

Solo las mujeres que pueden estudiar se hallan en condiciones de desafiar el rol sumiso que se les adjudica.

Desde julio de 2010, la ley tayika establece los 18 años como edad mínima para el casamiento, tanto en hombres como mujeres. Pero, en la práctica, el matrimonio precoz es todavía común.

De hecho, la ley ha tenido un efecto no intencionado. Cuando una pareja no puede casarse porque una de las partes es menor de 18 años, se acude a un líder religioso local para que celebre la boda. Más tarde, sin certificado de matrimonio civil, la esposa tiene pocos derechos frente a la justicia.

"Se necesitan severos castigos para reducir la incidencia de matrimonios de menores", sostuvo Azim Bayzoev, profesor de estudios de género en la Universidad Nacional Tayika. "Pero, aumentando los castigos, también se provoca una reducción de los registros" civiles, reconoció.

"Para ser efectiva, la ley debe ser aplicada en forma estricta, pero hay una falta de capacidad y de voluntad de los gobiernos locales para hacerlo", señaló.

En Tayikistán crece la dependencia del Islam para cumplir funciones que el Estado ya no puede realizar. En muchas zonas rurales, donde las autoridades locales no tienen poder ni motivación ni apoyo, son los líderes religiosos quienes brindan soluciones a problemas diarios.

"La ley islámica apoya el matrimonio temprano, pues ofrece a las familias una salida al problema de tener que mantener a sus hijas", indicó Bayzoev.

La mayoría de los clérigos musulmanes están dispuestos a celebrar una ceremonia religiosa sin importar que la pareja no se haya registrado en una oficina civil.

"El Corán no define una edad mínima para el matrimonio", dijo EurasiaNet.org un imán de Dusambé, la capital tayika, y quien prefirió mantener el anonimato. Por el contrario, "el Islam estimula a las mujeres a casarse a una edad temprana. Eso significa que pueden tener hijos, lo cual es su deber", añadió.

Las mujeres que ingresan a matrimonios polígamos, avalados por el Islam pero prohibidos por las leyes tayikas, tampoco pueden registrarse. Cuando Dilnoza Rahimova tenía 15 años, su familia la obligó a casarse con un hombre que le doblaba en edad.

Rahimova pasó a ser la tercera esposa de su cónyuge, y era hostigada por la primera, que se sentía amenazada por ella.

"Una noche vino a casa borracho y me forzó" a tener relaciones sexuales, contó a EurasiaNet.org. "Le dije que no quería, y que me estaba lastimando, pero no se detuvo", dijo.

La madre de Rahimova le dijo que ese tipo de abusos eran parte normal del matrimonio.

La violación marital no es algo inusual en Tayikistán. Un informe de 2009 de Amnistía Internacional reveló que, aunque solo 11,1 por ciento de los hombres admitían haber forzado a sus esposas a tener sexo, 42,5 por ciento de las mujeres dijeron haber sido violadas por sus esposos.

El divorcio es muchas veces el último recurso. Pero, "sin un matrimonio registrado, es extremadamente difícil para la esposa reclamar los derechos sobre bienes adquiridos en conjunto, así como pensiones para sus hijos", señaló Ranjbar, de la Fundación Eurasia.

No hay estadísticas oficiales sobre matrimonios de menores. Bayzoev, de la Universidad Nacional, dijo que la práctica se hizo más común durante la guerra civil que sufrió este país entre 1992 y 1997, cuando "las niñas eran obligadas a casarse para evitar que fueran víctimas de violaciones o que perdieran su honor".

Pero la práctica era también común cuando Tayikistán integraba la Unión Soviética.

Hoy, un aumento de los matrimonios tempranos significa más divorcios, añadió Bayzoev. "La inmadurez de las parejas jóvenes y la naturaleza forzada de muchos casamientos sin duda han contribuido al creciente número de divorcios en el país", explicó.

Poco después de haberse casado, el esposo Khaitova se unió a las legiones de jóvenes tayikos que emigran a Rusia en busca de trabajo. Luego de tres años, regresó con una nueva esposa.

"Me dijo que quería el divorcio y que tenía dos días para irme", contó ella a EurasiaNet.org.

"¿A dónde puedo ir? Tengo dos hijos, no tengo educación, fui obligada a vivir de la caridad de mis familiares. Gano 100 somonis (unos 21 dólares) al mes reparando ropa, pero no puedo mantener a mis hijos", se lamentó.


Aldeire


Especialmente el padre.

La Real Academia, que no es ninguna fulana (fulano, na: 1. Alguien cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar. 5. Prostituta) sino una autoridad en la materia, nos ha hecho el honor (honor: 3. Honestidad y recato en las mujeres, y buena opinión que se granjean con estas virtudes) de emitir unas recomendaciones que han sido la comidilla (comidilla: 1. Tema preferido en alguna murmuración o conversación de carácter satírico. «La conducta de fulana es la comidilla de la vecindad») de estos días. Como legítima jueza (jueza: 2. Mujer del juez) de nuestro idioma, razona la Academia que el sexismo lingüístico no es motivo suficiente para ir por ahí desvirgando gramáticas (desvirgar: 1. Quitar la virginidad a una doncella) y que, si continuamos así, terminaremos hablando como verduleros (verdulero, ra: 2. Mujer descarada y ordinaria) y confundiendo al prójimo (prójimo: 1. Hombre respecto de otro, considerados bajo el concepto de la solidaridad humana. Artículo enmendado; prójimo, ma: 3. Mujer de poca estimación pública o de conducta dudosa. 4. Mujer respecto del marido). Por eso estoy convencido, no sólo como escritor sino como individuo (individuo, dua: 7. Mujer despreciable), de que los académicos, en general ellos y a veces ellas, jamás dejarán a sus hablantes huérfanos (huérfano, na: 1. A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre). Nuestra lengua materna está llena de padres.

Andrés Neuman.

Karakola

[Qué fácil es enamorarse de hombres así.

Perdón por la acotación frívola en tan interesante Y NECESARIO hilo. ]
No hay nada en mi vida más urgente que la tuya (parafraseando y asustada).


Aldeire


Para cuando tengáis veintiocho minutos y dieciséis segundos de recreo.




Aldeire


Gallardón, el nazi más "progre".

Gallardón defiende la igualdad de los discapacitados pero apoya su esterilización forzosa


"La reforma de la Ley del Aborto se hará siguiendo la doctrina del Tribunal Constitucional español y de los convenios internacionales firmados por España, especialmente el de las Naciones Unidas relativo a las personas con discapacidad". Así se ha manifestado hoy el ministro Alberto Ruiz-Gallardón, que hasta el momento no se ha atrevido a repetir el anuncio que realizó al diario La Razón el pasado domingo.

El titular de Justicia, que pretende convertir la normativa española en una mucho más restrictiva incluso que la de 1985, apeló, así, a la ONU para justificar su intención de suprimir el supuesto de malformación fetal como causa de interrupción voluntaria del embarazo. "Todos los discapacitados tienen que tener exactamente los mismos derechos que el resto de los españoles; y esto, que lo digo para aquellas personas que han nacido, vale exactamente igual para aquellas que están a punto de nacer", declaró Gallardón esta semana. "La discapacidad nunca puede significar en una sociedad avanzada, en una sociedad progresista, una merma de derechos", añadió.

Pero, pese a esta defensa de la igualdad de las personas con minusvalías físicas o psíquicas, el Ministerio de Justicia también citó, hace menos de un mes, el mismo convenio de la ONU para evitar despenalizar la esterilación forzosa de dichos ciudadanos en determinados supuestos, según informaron las agencias Europa Press y Servimedia.

La directora del gabinete del ministro, Cristina Coto del Valle, envió una carta -el pasado 4 de julio- al presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en la que considera que admitir el artículo 156 del Código Penal -que la organización pidió eliminar- "no supone ir en contra de los principios de la Convención". Para el CERMI, en cambio, dicha normativa supone "una espantosa vulneración de los Derechos Humanos", ya que "sólo responde a la ignorancia y desidia en poner los medios para que las personas con discapacidad puedan tener la decisión plena sobre su salud sexual y su capacidad reproductiva", denunció la organización en un comunicado.
"No será punible la esterilización de persona incapacitada que adolezca de grave deficiencia psíquica cuando aquella, tomándose como criterio rector el del mayor interés del incapaz, haya sido autorizada por el Juez", reza el citado artículo del Código Penal. "Los Estados Partes tomarán medidas efectivas y pertinentes para lograr que las personas con discapacidad estén en iguales condiciones que las demás a fin de asegurar que [...] se respete (su) derecho a decidir libremente y de manera responsable el número de hijos que quieren tener" y a que "mantengan su fertilidad, en igualdad de condiciones con las demás (personas)", cita, por su parte, el artículo 23 de la convención de la ONU.

Además de esta contradicción del Ministerio de Justicia, Gallardón también ha hecho caso omiso de la recomendación que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU hizo al Gobierno de España para que garantizase el aborto voluntario. Asimismo, el titular de Justicia intentó acogerse a la doctrina del Tribunal Constitucional para justificar su reforma. Sin embargo, la Ley del Aborto de 1985, avalada por el Alto Tribunal, despenalizó --en su tercer supuesto-- la interrupción libre del embarazo cuando el feto presenta malformaciones.

"No será punible el aborto [...] cuando se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las 22 primeras semanas de gestación y que el dictamen, expresado con anterioridad a la práctica del aborto, sea emitido por dos especialistas de centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado al efecto, y distintos de aquel por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto", establecía la antigua normativa, vigente durante 25 años (hasta 2010). Además, el Tribunal Constitucional aún no se ha pronunciado con respecto a la constitucionalidad de la vigente ley de plazos de 2010, que está recurrida por el PP.



ChusCyL

Una obra donde los actores no se saben los papeles. Pero el teatro debe continuar.


Está usted en su sitio, sr. Cantó

Le voy a contar cuatro numeritos sexuales y la razón por la que no pienso oponer argumentos a su idea sobre mujer y violencia, diputado

Cristina Fallarás


http://www.eldiario.es/zonacritica/usted-sitio-sr-Canto_6_106099403.html

(Si a lo largo de este artículo siente usted, lector, la tentación/necesidad de juzgarme, hágalo sin culpa, e intente si acaso regocijarse)

NUMERITO 1

Tengo ocho años, o quizás diez. Y estoy a punto de vivir la primera de una serie de experiencias a las que no acabaré de acostumbrarme: Un hombre va a sacarse la polla y me la va a enseñar. Se trata de una experiencia sin mezcla: Incomprensión.

La primera vez que me pusieron una polla delante sin que yo lo pidiera fue en una gasolinera de la carretera que iba de Zaragoza a la costa catalana. Creo recordar que ya era autopista. Yo debía de tener unos diez años, u ocho, no sé, y el señor gasolinero decidió que además de sacar la manguera de repostar, aprovechaba para sacar su miembro y pegarlo a la ventanilla donde la niña con uniforme que yo era dormitaba aquel viernes su inicio de fin de semana. También sacó la lengua e hizo todo un rosario de gestos que yo vi por primera vez, que no entendí, que me provocaron un dolor de estómago largo y desagradable y que luego he vuelto a ver muchísimas más veces de las que pienso contar y recordar. Su miembro dejó un rastro sobre la ventanilla parecido al vaho, pero que tardó mucho más que el vaho en desaparecer. Jamás volví a tocar aquella ventanilla. Durante más de una década el hecho de parar en una gasolinera me provocó taquicardia, náuseas y descomposición.


NUMERITO 2

Tengo 18 años, exactamente, y voy a vivir la segunda experiencia de esas a las que no acabaré de acostumbrarme. Concluirá con mezcla: Incomprensión a punto de dejar de serlo, miedo, vergüenza e impotencia. De la mezcla, la sensación superior es la de vergüenza.

La segunda vez que me impusieron una polla fue en el tren que hace el trayecto Barcelona-Mataró. En aquella ocasión yo tenía ya 18, acababa de llegar a Cataluña a estudiar periodismo y acudía con cierta asiduidad a casa de una amiga en Masnou. Acabábamos de salir de la Estación de Francia cuando vi al tipo, un cuarentón obeso, sentado en diagonal frente a mí. Al principio me llamó la atención que me mirara con una intensidad molesta. Trataba de no dirigir mis ojos hacia él, pero podía sentir su mirada y un cierto movimiento de sube-baja. No recuerdo cómo me di cuenta de que tenía la polla fuera del pantalón, la agarraba con la mano y la meneaba. Aquella polla me pareció un trozo de carne a medio cocer. A partir de aquel día y durante un tiempo muy superior a una década la elección del asiento a la hora de viajar en tren se convirtió en una cuestión de vida o muerte. En el caso de que la señora –siempre señora— que viajara a mi lado, se bajara antes que yo, me levantaba inmediatamente y recorría los vagones hasta dar con otra mujer, a ser posible madura, a ser posible fea.


NUMERITO 3

Tengo 19 años, y voy a vivir la tercera. En este caso, además, media un tipo de violencia no del todo extraña en los alrededores de los baños de discoteca. Concluirá también con mezcla: Rabia e impotencia. De la mezcla, la sensación superior es que no sale: Silencio.

La tercera vez que me impusieron una polla fue después de la mítica frase "Ahora vas a acabar lo que has empezado". Vino a ser algo después de lo del tren, y yo ya me había acostumbrado a lo que significa caminar sola, el metro, los trenes, las lenguas recorriéndoles el labio superior, las manos agarrando la bragueta. Bragueta es la palabra. Venían a decirnos algo así como "tú eres una calientabraguetas", se trataba de una frase muy en boga, eso y "calientapollas". Las chicas también lo decían: "Ojo con esa, que es una calientapollas" o "No hagas eso, que van a pensar que eres una calientapollas".  Ellos exigían lo que consideraban su merecido final-feliz. ¿Merecido por qué? Porque una había bailado en mitad de la pista, porque una llevaba minifalda, porque se te caía un tirante, porque estabas ebria, etcétera. Ahora vas a acabar lo que has empezado. Lo que "había empezado" estaba en su entrepierna, claro. Un golpe, o agarrarte del cuello, o un apriete bastaban. Recuerdo que el lugar no era exactamente una discoteca, sino uno de esos bares de la calle Aribau de Barcelona en los que se bailaba eso llamado pop español. Al acercarme a la puerta de los baños, el tipo, de cuyos rasgos no recuerdo absolutamente nada, se abalanzó sobre mí y me arrinconó contra la pared. ¿Qué pasa, no te gusta? Al intentar zafarme, llegó la frasecita final-feliz junto con un dolor del cual deduje que lo mejor era quedarme quieta, aguantar el chaparrón y rogar por que aquello que se frotaba contra la pierna bajara rápido.


SALUTACIÓN Y NUMERITO FINAL

Sr. Toni Cantó, señoría, le saludo.

Y no solo le saludo, sino que le acabo de dedicar estas tres cuentas de mi personal rosario fétido, tres pelotillas puercas de una sarta mayor, no sabe usted cuánto, no diré que una sarta excesiva por no definir el exceso llegados a este punto.

Ya verá qué risa.

Habrá visto usted películas porno, ¿quién no? Me refiero a un porno básico, llamémoslo disciplina debutante. Ya sabe, de cuando el adolescente escribe la palabra Sexo por primera vez en la barra de Google. O la primera cinta que el novio/marido/amante se decide a compartir con la hembra que le acompaña en coito. Ya verá qué risa.

Voy al numerito final:

Después llega el día en el que, con una cifra considerable y variopinta de numeritos en el lomo, un tipo te invita a compartir la filmación esa a la que me acabo de referir. Eres joven y moderna, tus amigas lo hacen y lo comentan con soltura, estás explorando y en el fondo te importa un carajo, así que te sientas. Entonces sucede, qué risa, entonces ves desfilar ahí, uno detrás de otro, mi NUMERITO 1, mi NUMERITO 2, mi NUMERITO 3...

Pruebe usted, señor diputado, señoría, deme el gusto: vuelva a leer los tres numeritos de partida, pero en esta ocasión hágalo como si se tratara de los arranques de sendas películas porno. Nada, no se apure, ya sabe que la ficción es ficción y no tiene pecado: la de una pre púber seducida, la del que se la acaba tirando en el tren y la del que somete a la calentorra del pub. Nada que no hayamos visto.

¿Ya?

Qué cosa, ¿no? Qué cosa curiosa que las pelis habituales, las más trilladas, reflejen como un espejo las cuentas de mi rosario fétido. O quizás es al revés, qué sé yo: Qué cosa que ese rosario se adapte fidelísimamente al patrón de la fantasía básica hecha industria.

Inciso necesario: Le ruego que no vea en lo que le acabo de contar una crítica al porno, género que me la trae al pairo. Sería una majadería tan de baba como comparar la violencia contra las mujeres con su equivalente contra los hombres. Con si quiera mezclarlas en una misma reflexión. Ya no estamos para esas idioteces por estos pagos. Solo quería encadenarle unas cuentillas pringosas que van, oh, en el mismo rosario. Fíjese que ni me molestaré en argumentar(le) nada. ¿Qué argumento se puede oponer a lo que somos, a lo que llevamos cosido a nuestro ser en el mundo? No seré yo quien malgaste palabras ni tiempo en labores imposibles. Resulta inútil como desesperante tratar de explicar –a todos, hombres, mujeres e híbridos— que nuestra construcción esencial está levantada sobre una hondísima fosa de rosarios sobre rosarios de los que le he contado.

Si quiere le cuento la educación para ser macho, la imposición de una estética quirúrgica, las decenas de miles de denuncias, los cientos de miles de silencios, los golpes, las muertes, una legislación basada en la confianza ciega en la bondad del agresor, la prostitución y la esclavitud de las hembras para solaz del macho, minucias como una vida laboral agresiva y contra la maternidad, sueldos, befas, las veces que han escrito bajo mis artículos la palabra puta, la palabra malfollada, la palabra insatisfecha... Puedo, claro que puedo. Pero hace ya tiempo que entendí la absoluta inutilidad de todo eso.

Su imaginario y el mío, nuestra educación sentimental, lo que llamamos cultura/ética/civilización, lo que somos al fin, ¿todavía? luce los trapos que acabo de contarle. Por eso usted atiende al grupo de personas que le cuentan idioteces, gilipolleces que ya ni me molestan. Por eso usted se apresura a ejercer de altavoz. Porque lo devuelve al lugar que reconoce. Por eso sigue usted donde sigue, en la Comisión de Igualdad. Por eso existe dicha comisión. Por eso seguimos hablando de algo llamado Igualdad, miserable patraña. Por eso está usted en su sitio.

Sr. Toni Cantó, señoría, la igualdad, esa de la que usted forma parte, es el enunciado de su/nuestra mala conciencia. La peor, la más pútrida cuenta del rosario maldito.

Iam tempus est agi res

ChusCyL

Iam tempus est agi res


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