¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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LLAMA DE AMOR VIVA.

Iniciado por Aldeire, 24 Febrero, 2012, 20:56:59 PM

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w. Matilda

LOS FORMALES Y EL FRÍO

Mientras comían juntos, y distantes y tensos,
ella muy lentamente y él como ensimismado,
hablaban con medida y doble parsimonia
de temas importantes y de algunos quebrantos.

Entonces como siempre, o como casi siempre,
el desvelo social condujo a la cultura.
Así que por la noche se fueron al teatro
sin tocarse un ojal, ni siquiera una uña.

Su sonrisa, la de ella,
era como una oferta, un anuncio, un esbozo.
Su mirada, la de él,
iba tomando nota de cómo eran sus ojos.

Y como a la salida soplaba un aire frío
y unos dedos muy blancos, indefensos y tristes
apenas asomaban por las sandalias de ella,
no hubo más remedio que entrar en un boliche.

Y ya que el camarero se demoraba tanto,
llegaron cautelosos hasta la confidencia.
Extra seca y sin hielo, por favor, y fumaron.
Y entre el humo, el amor era un rostro en la niebla.

En sus labios, los de él,
el silencio era espera, la noticia era el frío.
En su casa, la de ella,
halló café instantáneo y confianza y cobijo.

Una hora tan sólo de memoria y sondeos
hasta que sobrevino un silencio a dos voces.
Como cualquiera sabe, en tales circunstancias
es arduo decir algo que realmente no sobre.

Él probó: "sólo falta que me quede a dormir"
y ella también probó: "¿y por qué no te quedas?"
y él sin mirarla: "no, no me lo digas dos veces"
y ella en voz baja: "bueno, ¿y por qué no te quedas?"

Y sus labios, los de él,
se quedaron gustosos a besar sin usura.
Sus pies fríos, los de ella,
eran sólo el comienzo de la noche desnuda.

Fueron investigando, deshojando, nombrando,
proponiéndose metas, preguntando a los cuerpos.
Mientras la madrugada y los temas candentes
conciliaban el sueño que no durmieron ellos.

¿Quién hubiera previsto aquella tarde
que el amor, ese célebre informal,
se dedicara a ellos tan formales? .

http://www.goear.com/listen/32bbf7d/los-formales-y-el-frio-joan-manuel-serrat

w. Matilda

PARA MI CORAZÓN BASTA TU PECHO



Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

Pablo Neruda


Pablo Milanés - Para mi corazón basta tu pecho

w. Matilda

LA BOCA

Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado,
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas,
pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra,
beso que viene rodando,
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.

Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles, ni los campos.

Cuánta boca ya enterrada,
sin boca, desenterramos

Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos
besos distantes y amargos.

Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua tres palabras,
tres fuegos has heredado
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.

Miguel Hernández.


*La boca* MIGUEL HERNÁNDEZ - J.M. Serrat.

w. Matilda

SI TÚ VIENES A LA ROMERÍA


¡Ay, qué blanca la triste casada!
¡Ay, cómo se queja entre las ramas!
Amapola y clavel será luego
cuando el macho despliegue su capa.

Si tú vienes a la romería
a pedir que tu vientre se abra,
no te pongas un velo de luto
sino dulce camisa de holanda.

Vete sola detrás de los muros
donde están las higueras cerradas
y soporta mi cuerpo de tierra
hasta el blanco gemido del alba.

¡Ay, cómo relumbra!
¡Ay, cómo relumbraba!



Federico García Lorca


La Romería PACO IBÁÑEZ

ChusCyL

El jardín de las delicias

¿Acaso es nada más que una zona de abismos y volcanes en
plena ebullición, predestinada a ciegas para las ceremonias de la
especie en esta inexplicable travesía hacia abajo? ¿O tal vez un
atajo, una emboscada oscura donde el demonio aspira la inocencia
y sella a sangre y fuego su condena en la estirpe del alma?¿ O tan
sólo quizás una región marcada como un cruce de encuentro
y desencuentro entre dos cuerpos sumisos como soles?
No. Ni vivero de la Perpetuación, ni fragua del pecado original,
ni trampa del instinto, por más que un solo viento exasperado
propague a la vez el humo, la combustión y la ceniza. Ni siquiera
un lugar, aunque se precipite el firmamento y haya un cielo que
huye, innumerable, como todo instantáneo paraíso.
           
A solas, sólo un número insensato, un pliegue en las membranas
de la ausencia, un relámpago sepultado en un jardín.
   
Pero basta el deseo, el sobresalto del amor, la sirena del
viaje, y entonces es más bien un nudo tenso en torno al haz de
todos los sentidos y sus múltiples ramas ramificadas hasta el
árbol de la primera tentación, hasta el jardín de las delicias y
sus secretas ciencias de extravío que se expanden de pronto
de la cabeza hasta los pies igual que una sonrisa, lo mismo
que una red de ansiosos filamentos arrancados al rayo, la
corriente erizada reptando en busca del exterminio 0 la salida,
escurriéndose adentro, arrastrada por esos sortilegios que son
como tentáculos de mar y arrebatan con vértigo indecible
hasta el fondo del tacto, hasta el centro sin fin que se desfonda
cayendo hacia lo alto, mientras pasa y traspasa esa orgánica
noche interrogante de crestas y de hocicos y bocinas, con
jadeo de bestia fugitiva, con su flanco azuzado por el látigo
del horizonte inalcanzable, con sus ojos abiertos al misterio
de la doble tiniebla, derribando con cada sacudida la nebulosa
maquinaria del planeta, poniendo en suspensión corolas como
labios, esferas como frutos palpitantes, burbujas donde late la
espuma de otro mundo, constelaciones extraídas vivas de su
prado natal, un éxodo de galaxias semejantes a plumas girando
locamente en el gran aluvión, en ese torbellino atronador que
ya se precipita por el embudo de la muerte con todo el universo
en expansión, con todo el universo en contracción para el parto
del cielo, y hace estallar de pronto la redoma y dispersa en la
sangre la creación.

                     El sexo, sí,
                     más bien una medida:
                     la mitad del deseo, que es apenas la mitad del amor.

                                                             Olga Orozco
Iam tempus est agi res

Aldeire


Entimismada,
bebo tu identidad a sorbos lentos,
a besos largos como ríos de sed en la boca,
derramando amor
sobre el curso tendido del agua inacabable.

Huyo de mí a tu forma luminaria;
rayas la sombra ciega de la noche,
y en ti me fundo,
entimismada
llama que se hunde en un infierno frío.

A veces las horas pasan. El viento a veces
respira mi ausencia insomne. Tu piel
se asoma desnuda al balcón del aire quieto.
Y yo cierro la mirada para verte,
entimismada.


ChusCyL

Iam tempus est agi res

Térek

No sé que escribir y que esté a la altura de lo que proponéis. Así que me he limitado a beberme vuestros post y a agradecerlos con unos cuantos +1.

Gracias, gracias.

w. Matilda


MENOS TU VIENTRE

Menos tu vientre
todo es confuso.

Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado,
baldío y turbio.

Menos tu vientre
todo es oculto,

menos tu vientre
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.

Menos tu vientre
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.

Miguel Hernández.

Menos tu vientre Joan Manuel Serrat, Miguel Hernández

Gracias, Térek, si pudiera los transmitiría a los verdaderos destinatarios.


¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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