¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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alumnos disruptivos

Iniciado por Makka Pakka, 23 Noviembre, 2013, 15:21:05 PM

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jmcala

He respondido a la pregunta que iniciaba este hilo. Creo que el debate que planteáis puede ser muy importante pero nos estábamos refiriendo a la norma.

Cuando estamos trabajando, nos guste o no, debemos regirnos por lo que dice la normativa. Y eso es lo que muchas directivas alegan para no largar a los alumnos a sus casas de manera continuada. ¿Que es lo mejor? No, desde luego que no. Pero también hay que ser conscientes de que las directivas deben aplicar la normativa y es lo que exige la inspección.

A mí sigue sorprendiéndome que se dé por bueno que haya que tener los institutos cerrados a cal y canto, subir cada vez más las vallas y poner en todos los ROF que salir del centro sin permiso es una falta muy grave. Pretender que los alumnos quieren estar un cuarto del día tratados como delincuentes, privados de su libertad, y que además deben estar contentos y dispuestos a aprender, se me antoja de una candidez extrema.

Los centros educativos deberían ser lugares a los que los chicos se acercasen porque sintiesen la necesidad de ver qué se cuece en ellos, de querer ser parte de ellos. Hay un hecho que siempre me ha llamado la atención: si se hace una actividad en un centro que sea lúdica, que implique dinamismo, que los chicos son los protagonistas y que sean los que dan el callo, siempre tratan de entrar en el centro jóvenes que son ajenos al centro o que dejaron de acudir durante ese curso. Me ha pasado con semanas culturales, fiestas de fin de curso, actividades complementarias... En lugar de aprovechar esa natural curiosidad para tratar de convencer al personal de que se pueden hacer cosas divertidas y que ayuden a aprender, se les niega la entrada.

Lo que falla es el sistema, la concepción misma del concepto Educación. Para mí uno de los principales problemas somos nosotros, los docentes. No hemos evolucionado con la sociedad y pretendemos que aquello que nos sirvió para aprender sigue siendo válido. No estamos siendo los actores del cambio necesario porque hemos decidido ir a remolque de las sucesivas absurdas leyes educativas.

Albariza

Cita de: jmcala en 24 Noviembre, 2013, 07:14:17 AM
A mí sigue sorprendiéndome que se dé por bueno que haya que tener los institutos cerrados a cal y canto, subir cada vez más las vallas y poner en todos los ROF que salir del centro sin permiso es una falta muy grave. Pretender que los alumnos quieren estar un cuarto del día tratados como delincuentes, privados de su libertad, y que además deben estar contentos y dispuestos a aprender, se me antoja de una candidez extrema.

Los centros educativos deberían ser lugares a los que los chicos se acercasen porque sintiesen la necesidad de ver qué se cuece en ellos, de querer ser parte de ellos. Hay un hecho que siempre me ha llamado la atención: si se hace una actividad en un centro que sea lúdica, que implique dinamismo, que los chicos son los protagonistas y que sean los que dan el callo, siempre tratan de entrar en el centro jóvenes que son ajenos al centro o que dejaron de acudir durante ese curso. Me ha pasado con semanas culturales, fiestas de fin de curso, actividades complementarias... En lugar de aprovechar esa natural curiosidad para tratar de convencer al personal de que se pueden hacer cosas divertidas y que ayuden a aprender, se les niega la entrada.

Lo que falla es el sistema, la concepción misma del concepto Educación. Para mí uno de los principales problemas somos nosotros, los docentes. No hemos evolucionado con la sociedad y pretendemos que aquello que nos sirvió para aprender sigue siendo válido. No estamos siendo los actores del cambio necesario porque hemos decidido ir a remolque de las sucesivas absurdas leyes educativas.

Estoy completamente de acuerdo con estas apreciaciones. Y añado que, igual que es de una candidez extrema pretender que los alumnos estén encantados de formar parte de semejante sistema semi-penitenciario, yo estoy también cansada, y supongo que muchos de mis compañeros, de hacer cada vez más tareas de vigilancia y control cual policía o funcionario de prisiones.

En lo que difiero es en que, concretamente en este tema que nos ocupa, el problema sea que nos estamos aferrando a un modelo antiguo que sea peor. Al menos en lo que respecta a mi experiencia, el régimen disciplinario y la concepción misma de los IES como centros cerrados al entorno en los que hay que estar por narices ha ido empeorando con los años. Yo hice el BUP allá por los 80 y mi instituto era un lugar abierto en todos los sentidos. Las puertas nunca estaban cerradas, ni para entrar ni para salir. Los espacios del centro eran espacios de todos, el patio, la cafetería, los pasillos, que compartíamos alumnos y profesores. Si decidías saltarte una clase para irte a pasear al paseo marítimo o quedarte en la cafetería, eras completamente libre de hacerlo, con el único límite de tu responsabilidad y saber que tendrías que preocuparte de pedir los apuntes de esa clase si querías aprobar. Y no era necesario andar llamando a los padres ni mandar partes de faltas a casa ni andar rellenando partes de disciplina y miles de papeles más. Si dabas por saco en clase te mandaban un rato al pasillo y fin del problema. No suelo ser yo muy nostálgica del pasado, más bien al contrario, pero en ese sentido creo y siento que aquella era una mejor manera de funcionar. 

Empecé a trabajar en IES en los 90, y al principio la cosa se parecía bastante a esto que acabo de describir. He vivido año a año el proceso por el cual los institutos se han ido pareciendo cada vez más a cárceles, que ha ido acompañado de un aumento proporcional de las labores de vigilancia, las reuniones que se multiplican a sí mismas, la burocracia absurda y una especie de obsesión institucional por informar a los padres de cada paso que dan sus hijos, hasta el punto de que hay centros donde se cuestionan si en el caso de los alumnos  mayores de edad se les debe dar a ellos la información sobre su propio proceso de aprendizaje o a sus padres.
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.


fjcm_xx

Cita de: jmcala en 23 Noviembre, 2013, 19:25:31 PM
El decreto al que aludes también deja muy claro que las medidas disciplinarias han de tener carácter educativo y ser encaminadas a la mejora del alumno. ¿Las expulsiones en qué ayudan a esto?

Ahí está el problema y el motivo que alegan las directivas para expulsar al que molesta sin más.

Una expulsión puede ser muy indicada en ciertos casos para que el alumno en cuestión recapacite y aprenda que hay cosas que no se pueden tolerar. Pero para cierto tipo de alumno ese castigo es un premio. Y ahí se choca con el espíritu de la norma.

No es fácil de resolver.
¿Y en qué plano dejamos el resto de alumnos que son vejados, vilipendiados, humillados y continuamente boicoteados en su afán por aprovechar el curso con una mínima dignidad? Hay cierto alumnado que no tiene ningún arreglo (en mi centro hay unos pocos) y prefiero ver la expulsión como un premio para el resto de alumnos que pueden "respirar" en paz el tiempo que dure la expulsión (y ya sin incluirnos a nosotros mismos, que también) que verlo como un premio para el que lo echan, aunque para él sí lo sea.

Tutor

Yo también tengo nostalgia de mi bup y de mi cou. Efectivamente, teníamos total libertad. Entendiendo por total libertad que podíamos hacer lo que quisiéramos excepto perjudicar/molestar a cualquier compañero o profesor, ni por supuesto instalaciones, pas, etc.

Ahora la situación es totalmente inversa. El alumno no goza de nada libertad para lo que antes sí la tenía, pero tiene una total libertad para para perjudicar/molestar a cualquier compañero o profesor. Es curioso que en tan pocos años se haya invertido el sistema.

Esa nostalgia no quiere decir que nadie haga lo de antes. Lo de los mayores de edad es curioso, en los niveles en los que hay alumnos mayores, haciendo reuniones con los padres, mandando cartas, notas... S2


Danielillo

El año pasado una compañera (lo siento, no recuerdo quién) estuvo escribiendo sobre una experiencia que tenían en su centro, y que creo que existe en otros sitios: en lugar de expulsar a los alumnos a su casa, la expulsión se sigue en el propio centro, en un aula separada donde hacen las tareas educativas que acompañan a la sanción.

Entiendo que eso es provechoso porque se pierde la "recompensa" que supone la expulsión para el alumno disruptivo, además de que da alguna garantía de que va a estar trabajando y haciendo algo útil con su tiempo.

Tutor

Pues yo esas cosas tampoco las acabo de ver. El alumno que en el aula 12 no hace las tareas qué motivación sí tiene para hacerlas en el aula 13? He visto muchas aulas de convivencia, de expulsados, etc. Y de nada han servido. Y cuando en una guardia te toca un aula con algún expulsado que se niega a hacer algo qué hago? Lo mando a la 14 o lo expulsamos a su casa?

Makka Pakka

Creo que no hay que calentarse la cabeza. El Decreto 327/2010 recoge toda una serie de casuísticas y sus respectivas sanciones. Creo que debemos exigir a la directiva su fiel cumplimiento y si no nos hacen caso incluso dirigirnos a instancias superiores.

Makka Pakka

MEDIDAS PARA LA VIGILANCIA Y CONTROL DE LA CONVIVENCIA:
a) Las entradas y salidas del centro: La persona encargada de la Conserjería es la encargada de abrir y cerrar el centro.
b) Los recreos: Durante los recreos el centro dispone de 5 a 6 profesores de guardia distribuidos por zonas (pasillo superior, pasillo inferior, patio y control de acceso al centro, y Biblioteca). La asignación de zonas se realiza mensualmente y se lleva a cabo de forma rotativa, excepto para la Biblioteca, pues en ese caso, el profesorado interesado se ofrece expresamente.
c) Los cambios de clase: en cada tramo horario el centro dispone de 2 a 3 profesores de guardia, que son los encargados de vigilar los pasillos durante los cambios de clase.


loliu

Llega un punto en el que algunos alumnos no quieren seguir estudiando.
Se les obliga a ello y lo que hacen es liarla. Como la lían, se les sanciona y se les manda para casa un tiempo.
No es solución mandarlos a casa. Ni es solución mantenerlos en clase cuando ya han decidido que no quieren seguir. Sólo se consigue prolongar la agonía y perjudicar a otros.
La solución en mi opinión es abrir nuevas vías, nuevos caminos. Deben aprender un oficio si no quieren estudiar. Esta formación debe impartirse en los mismos institutos y con 14 años poder acceder a ellas.

Makka Pakka

Por qué deben acceder a los 14 y no a los 16? Qué diferencia ves? Es verdad que en la EGB, hace muchos años, se les obligaba hasta los 14 pero hace muchos más sólo se les obligaba hasta los 10 y hace mucho mucho más, no se les obligaba.


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