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Un asunto sospechoso

Iniciado por escuelahuertas, 07 Enero, 2013, 19:51:49 PM

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escuelahuertas

http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/735/un-asunto-sospechoso/


Un asunto sospechoso

XLSemanal - 07/1/2013

Han caído en mis manos algunos libros de texto escolares para niños de diez a trece años. Sólo fueron media docena, aclaro. Ignoro si todos tocan el mismo registro, o por una siniestra casualidad cayeron en mis manos sólo raras bazofias. El detalle es que con ellas se forman escolares en España. No sé si muchos o demasiados, pero da igual: con los que he visto estudian miles de niños. Todo lleva mucho dibujito, mucha estampita, mucho colorín. Como envoltorio. Y dentro, unos textos escritos con desgana, sin criterio. Superficiales y sin sentido. Hasta el punto de que su atenta lectura me deja en la tecla varias preguntas. ¿Quién los hace?, es la primera. ¿Nadie es responsable de su contenido?... Porque, aunque figuran nombres y editoriales, este aspecto parece más bien difuso. No queda claro si se trata de autores con implicación directa o de comités de lectura, supervisores apresurados de textos que redactan otros: mano de obra barata que debe cumplir plazos urgentes, negros sin cualificación y sin motivaciones. Porque dudo que gente solvente, seria, con autoridad docente, sea responsable de algunas de las cosas que he visto.

Resulta menos evidente en matemáticas, por ejemplo. En disciplinas donde dos y dos suman cuatro. Pero cuando se refieren a lengua, conocimiento del medio y cosas así, el desorden y la aparente improvisación saltan a la cara en cada página. Las ideas básicas se pierden en detalles accesorios, lugares comunes, vaguedades facilonas. La Historia se plantea sin cronología, con absurdos y confusos saltos adelante y hacia atrás que nada establecen. Tampoco hay lecturas, o muy pocas. Ni criterio. Sólo ideas simples sin contexto intelectual, ni contrastes. Los textos se limitan a cumplir, supongo, con programas generales; pero no ahondan en nada. Todo es falto de rigor, sin plan último. Sin establecer qué conocimientos debe tener un niño para entender el mundo en el que vive. Sin estrategia para determinar qué interesa que los niños sepan, y cómo lograr que lo sepan: sólo tácticas oportunistas que buscan hacerlo todo fácil y asumible. Hojeando esas páginas comprendo perfectamente por qué hay niños de trece años que conocen los ríos de Valencia o de Extremadura y no los de España. Por qué ignoran qué es una preposición o un adverbio, para qué sirven y cómo deben usarse. Por qué hemos quitado a los chicos la posibilidad de comprender, y de pensar usando lo que han comprendido.

Nadie lo dice porque suena retrógrado; pero cualquier educador serio lo reconoce por lo bajini: ¿cómo es posible que la ley de Educación de 1957, pese a su paternidad franquista, siga siendo -en el país de los ciegos, el tuerto es rey- la más seria y eficaz? ¿La que mejor preparaba a los niños en materias generales como lengua, historia, lectura, redacción, literatura, ciencias naturales?... ¿Cómo es posible que en todos estos años de democracia, con dos partidos alternándose en el poder, no se haya llegado a un pacto de Estado en materia de Educación? ¿Que cada intento de consenso nacional se haya abortado por la vileza política, la cobardía moral, la foto en prensa y el telediario? ¿Que todavía, en este país desmemoriado, absurdo y ruin, haya tontos que sostengan, sin despeinarse, que la actual generación es la más culta y mejor formada de nuestra historia?

¿Quieren saber mi conclusión, con esos libros en la mano? ¿Lo que pienso al considerar que el conocimiento se renueva cada década, pero nuestros textos escolares cambian de año en año?... Pues que a ciertos editores y a quienes eligen esos libros para sus alumnos les importa un carajo la calidad. Todo es banalidad y nada es cultura. Para beneficio, naturalmente, de oportunistas y de golfos. De la educación se ha hecho ideología; y de la ideología, negocio. Vivimos un presente absurdo, sin pasado ni futuro: hemos rebajado la calidad de la enseñanza, y cada comunidad, cada colegio, cada taifa, hace lo que quiere. Nadie combate las faltas de ortografía, la incapacidad expresiva. No se trabaja la lengua, la expresión, la sintaxis, la gramática. Los padres son los primeros en protestar si se aprieta a los chicos en eso. Nadie quiere enfrentarse, comprometerse. En la universidad aprueban exámenes que hace veinte años habrían suspendido en bachillerato. Y así, los chicos llegan a los quince años sin saber nada. Y sin querer saber. Lo que lleva a una última pregunta: los consejeros de Educación, los maestros que eligen esos textos, los colegios, las asociaciones de padres, madres y perritos que les ladren, ¿saben lo que hacen? ¿Tienen un método riguroso, o también en eso, como en tantas cosas, hay cajones que no convendría abrir, por si salen moscas?     

jmcala

Creo que este artículo chirría en su concepción misma porque Pérez Reverte se mete en un berenjenal del que desconoce casi todo. Afirmar que la Ley General de Educación de 1957 ha sido la mejor y que la gente salía preparada del colegio es, como poco, inocente. Yo mismo estudié con semejante ley y tengo lagunas que sonrojan a cualquier persona decente en no pocas parcelas de conocimiento. Gente de mi edad, y mayor, que no sabe aplicar una media ponderada, que no sabe escribir correctamente, que no es capaz de entender que la evolución de Darwin no es eso de que el hombre viene del mono y que las jirafas estiraron el cuello para poder comer... Son tantos y tantos los ejemplos y los casos reales de adultos que son incapaces de manejarse en el mundo actual, auténticos analfabetos digitales y electrónicos, que parece una broma afirmar que aquellas leyes trajeron un panorama cultural que es pura ambrosía.

Tampoco tiene sentido que se reclame de un libro de texto la concreción, la estrategia, el fin último. Si así fuera, ¿para qué serían necesarios los maestros y profesores? Un libro no es más que un puñado de papel ordenado e impreso. Hay muchas personas que lo han convertido en un icono y lo veneran como si de objetos mágicos se tratase. Un libro de texto es una herramienta, sin más. Una llave inglesa jamás será capaz de aflojar tuerca alguna, un serrucho no serrará madero solitario y un alicate no pelará cables estériles de corriente. Será necesario que haya un mecánico, un carpintero y un electricista al otro lado de cada uno de estos objetos para que ocurran las cosas, para que ocurra el hecho de que sirvan para crear, para arreglar, para construir. Seamos los maestros los que usemos la herramienta para llevar a los chicos a descubrir, a aprender, a crear.


inti_mlg

Hay una cosa que me ha dejado un poco confuso. ¿Ley educativa de 1957?  ??? ???. En el 57 hubo una reforma de Bachiller, ¿a eso se refiere? Sin embargo, cuando todos anhelan la ley tan añorada, hacéis referencia a la Ley General de Educación de 1970, de Villar Palasí.

Por cierto, si tan ultra formados, tan ultra preparados, tan ultra moralistas, tan ultra perfectos salieron aquellas generaciones, ¿por qué España va tan mal si estamos en manos de esta gente? No es que esté defendiendo la LOGSE, de la cual salí yo y no me considero un ignorante para nada, ni tampoco a la LOE pero joder, la nostalgia les pesa a muchos, y demasiado.

Cabe añadir que la LGE fue muy progre para la época, incluso a mi me gusta bastante. De hecho, esa simpleza por la que se caracterizaba me parece algo muy interesante. Hoy en día le metemos tantísimos contenidos al alumnado que al final no pillan prácticamente nada.

Además, hace un año lei un libro de las Juventudes Socialistas en la que realizaban un estudio estadístico de las enseñanzas de aquella época, allá por el año 1990 y 1995 (durante la transición de la implatación de la LOGSE en los institutos). A destacar, el alumnado comentaba que había épocas que única y exclusivamente iban al examen y a tomar por culo. Estoy hablando de chicos de los últimos años del BUP.

Que conste que no quiero criticar a la LGE, que me parece muy buena ley pero coño, las cosas como son...
No vine aquí para hacer amigos pero sabes que siempre puedes contar conmigo. Sé que soy polémico y radical pero ahí estaré para bien o para mal. Cuenta conmigo.

chos

En una cosa sí tiene razón Pérez-Reverte.

Cuando yo estudiaba, recuerdo que me aprendí en 6º de EGB todas las capitales del mundo, que aún hoy recuerdo. Y qué trabajito costaba memorizar algunas de pequeños países africanos del golfo de Guinea.

Acabo de ver un examen de mi sobrina, del mismo nivel educativo, correspondiente al que yo cursaba entonces, y de la misma asignatura, y tiene que responder a estas preguntas:

-Cómo se llama el alcalde de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Cuál es la torre más alta de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Qué río pasa por Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Nombra 3 pueblos de la provincia de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa

Me he quedado con los ojos a cuadritos. Yo peleándome con Brazzaville y Dahomey, y a mi sobrina le preguntan estas obviedades. No es ya cuestión de ideologías, es que ha habido una bajada de nivel tremenda. Y si intentas darle a tus explicaciones aunque sea sólo un poquito de nivel, todos en el instituto te dicen que te estás equivocando, y que eso te puede traer problemas.


Cervantes

Viendo un libro de texto de primaria sabe que tipos de exámenes hacen en la universidad, este hombre es un máquina.

Albariza

Cita de: chos en 08 Enero, 2013, 06:57:55 AM
En una cosa sí tiene razón Pérez-Reverte.

Cuando yo estudiaba, recuerdo que me aprendí en 6º de EGB todas las capitales del mundo, que aún hoy recuerdo. Y qué trabajito costaba memorizar algunas de pequeños países africanos del golfo de Guinea.

Acabo de ver un examen de mi sobrina, del mismo nivel educativo, correspondiente al que yo cursaba entonces, y de la misma asignatura, y tiene que responder a estas preguntas:

-Cómo se llama el alcalde de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Cuál es la torre más alta de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Qué río pasa por Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa
-Nombra 3 pueblos de la provincia de Sevilla. anaidsorpresa anaidsorpresa anaidsorpresa

Me he quedado con los ojos a cuadritos. Yo peleándome con Brazzaville y Dahomey, y a mi sobrina le preguntan estas obviedades. No es ya cuestión de ideologías, es que ha habido una bajada de nivel tremenda. Y si intentas darle a tus explicaciones aunque sea sólo un poquito de nivel, todos en el instituto te dicen que te estás equivocando, y que eso te puede traer problemas.

Estoy de acuerdo contigo en gran parte de lo que dices. Un examen como el que dices es un insulto a la capacidad intelectual de los niños. Pero tampoco aprenderse las capitales del mundo y ya está sirve para aprender nada importante. El problema es quedarse en la memorización de datos y no enseñar los cómo, los porqué, los cuándo (ojo, y para aprender también es necesario memorizar, no estoy diciendo que no). Dónde está África y qué países la conforman, cuál es su historia, cuál es su realidad, qué relación histórica tenemos con ella... Cuál es la importancia histórica de Sevilla y su río, cuál es su realidad actual... El sistema educativo subestimaba y subestima la capacidad de aprendizaje y entendimiento de los niños. Los aburre. Mata su curiosidad y sus ganas de aprender. Los sobreprotege y los infantiliza. Y no es un error. Está montado así, no quieren que sea de otra manera.

Pero también era así antes. Yo no sé lo que estudié en 6º de Primaria porque no me acuerdo de nada, así que tampoco estaría tan bien montada la cosa. Sí me acuerdo del instituto, y en mi memoria mi instituto era infinitamente mejor que los institutos de ahora, como creo que nos pasa a muchos de los que hicimos el BUP en los 80. Pero siendo sincera, creo que ese recuerdo grato no se debe a los programas educativos ni a lo que estudiábamos dentro de clase, sino al clima general de libertad, de cultura... que se respiraba. Era un proceso social que tenía su reflejo en los centros de enseñanza, pero no emanaba de las leyes educativas ni los libros de texto, sino de los profesores innovadores y rompedores y de los estudiantes con ganas de aprenderlo todo y de cambiar el mundo. Con todo eso, yo personalmente llevo fatal dos cosas de los institutos de ahora: el control y la vigilancia casi obsesivos con los alumnos y la pseudoliteratura de masas que se les da a leer. Es una cuestión personal, supongo. Me sienta fatal.
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

rocgar

Yo creo que a los niños de hoy los alimentamos con demasiado `sofá' y demasiada ´tele´.
Estoy de acuerdo en que el libro ha de entenderse como un recurso sin más, yo ni lo tengo como biblia ni lo demonizo. Simplemente me sirve en los cursos de primer ciclo como guía. Lo que me interesa lo cojo y lo que no me interesa lo dejo.
Lo que es innegable pues, es la regresión en la cultura del esfuerzo.
Yo soy joven y no viví los años ´duros´ pero creo que la generación de los 50 no está tan bien preparada simplemente porque sólo podían estudiar unos pocos y el resto a trabajar para sobrevivir, pero los que salían tenían esos conocimientos generales que ahora se hecha muy de menos.
Si se consiguiera conjugar en la actualidad la cultura del esfuerzo con la generalizacion de la educación, pienso que nos iría mejor..
Otro concepto a sumar sería hacer un examen de conciencia general, por todos, de que podemos dar algo más de lo que damos cada día, de que no debemos caer en la rutina y que siempre se podemos mejorar lo que hacemos.

remedios7

Cita de: jmcala en 07 Enero, 2013, 20:31:46 PM
Creo que este artículo chirría en su concepción misma porque Pérez Reverte se mete en un berenjenal del que desconoce casi todo. Afirmar que la Ley General de Educación de 1957 ha sido la mejor y que la gente salía preparada del colegio es, como poco, inocente. Yo mismo estudié con semejante ley y tengo lagunas que sonrojan a cualquier persona decente en no pocas parcelas de conocimiento. Gente de mi edad, y mayor, que no sabe aplicar una media ponderada, que no sabe escribir correctamente, que no es capaz de entender que la evolución de Darwin no es eso de que el hombre viene del mono y que las jirafas estiraron el cuello para poder comer... Son tantos y tantos los ejemplos y los casos reales de adultos que son incapaces de manejarse en el mundo actual, auténticos analfabetos digitales y electrónicos, que parece una broma afirmar que aquellas leyes trajeron un panorama cultural que es pura ambrosía.

Tampoco tiene sentido que se reclame de un libro de texto la concreción, la estrategia, el fin último. Si así fuera, ¿para qué serían necesarios los maestros y profesores? Un libro no es más que un puñado de papel ordenado e impreso. Hay muchas personas que lo han convertido en un icono y lo veneran como si de objetos mágicos se tratase. Un libro de texto es una herramienta, sin más. Una llave inglesa jamás será capaz de aflojar tuerca alguna, un serrucho no serrará madero solitario y un alicate no pelará cables estériles de corriente. Será necesario que haya un mecánico, un carpintero y un electricista al otro lado de cada uno de estos objetos para que ocurran las cosas, para que ocurra el hecho de que sirvan para crear, para arreglar, para construir. Seamos los maestros los que usemos la herramienta para llevar a los chicos a descubrir, a aprender, a crear.




Esto es lo que viene sucediendo desde siempre y gracias a ello no se ha hundido del todo la educación. Por eso mismo no se puede extrapolar nuestra sola experiencia para todo el mundo. Yo estudié con esa ley, tuve una estupenda maestra y a los 10 años estaba muchísimo mejor preparada en todos los aspectos, incluido el "aprender a aprender" que cualquiera de los alumnos de la secundaria actual.


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