Desde luego, esto de las oposiciones afecta a la mente de maneras insospechadas...
Fijaros en el sueño (pesadilla) que he tenido esta noche...
Me veía a mí mismo haciendo el examen, y realmente lo estaba bordando. Había salido la bolita del tema que mejor me sabía, y las prácticas eran, exactamente, las que había repasado el día anterior. Se me veía pletórico, escribiendo sin parar, con absoluta confianza en un excelente resultado. A mi lado, guardando la distancia que los miembros del tribunal habían impuesto entre nosotros, se agitaba un ser agobiado, con los nervios crispados. Se desesperaba ante los folios, sin saber qué demonios escribir; estaba seguro de que lo iban a crujir si entregaba esa porquería de examen.
El caso es que, ya casi al final del examen, yo me levantaba para ir al servicio. Tras el pedir el preceptivo permiso, un miembro del tribunal accedía gustoso a acompañarme. Mi vecino de pupitre, que había observado atentamente la escena, desde que levanté la mano hasta que salí por la puerta, comprobó además que ya quedaban pocos opositores en el aula, y que los miembros del tribunal conversaban despreocupados entre ellos. Así que simplemente extendió su brazo, tomó el más pequeño de los sobres que había en mi mesa, y puso en su lugar el sobre que, hasta ese momento, le convertía en autor de un examen desastroso.
: rietracol 24 June, 2014, 15:43:46 +02:00
Desde luego, esto de las oposiciones afecta a la mente de maneras insospechadas...
Fijaros en el sueño (pesadilla) que he tenido esta noche...
Me veía a mí mismo haciendo el examen, y realmente lo estaba bordando. Había salido la bolita del tema que mejor me sabía, y las prácticas eran, exactamente, las que había repasado el día anterior. Se me veía pletórico, escribiendo sin parar, con absoluta confianza en un excelente resultado. A mi lado, guardando la distancia que los miembros del tribunal habían impuesto entre nosotros, se agitaba un ser agobiado, con los nervios crispados. Se desesperaba ante los folios, sin saber qué demonios escribir; estaba seguro de que lo iban a crujir si entregaba esa porquería de examen.
El caso es que, ya casi al final del examen, yo me levantaba para ir al servicio. Tras el pedir el preceptivo permiso, un miembro del tribunal accedía gustoso a acompañarme. Mi vecino de pupitre, que había observado atentamente la escena, desde que levanté la mano hasta que salí por la puerta, comprobó además que ya quedaban pocos opositores en el aula, y que los miembros del tribunal conversaban despreocupados entre ellos. Así que simplemente extendió su brazo, tomó el más pequeño de los sobres que había en mi mesa, y puso en su lugar el sobre que, hasta ese momento, le convertía en autor de un examen desastroso.
Jajaja, no se me había ocurrido!! Pero podría muy bien pasar. Hay que andarse con ojo para otras convocatorias, a ver si se organizan mejor...
"Te se" ha ido la cabeza. anaidrisa
De todos modos, yo siempre, siempre reviso el papel del sobre antes de entregarlo y es ahí cuando lo cierro.
Un saludo y descansa hasta el lunes. No vale la pena tanto agobio.
Pues yo también pensé eso durante el examen, que alguien, en un descuido por mi parte, podría cambiar su sobre por el mío. Ojo, no lo digo por "presumir", simplemente que, a mi juicio, hice un buen examen.
Ni que decir tiene, no me moví del sitio en las 4 horas. ;D
Poca inteligencia si a alguien se le pasara hacee eso por la cabeza. , puestos a pensar que pasa con la letra si no coincide?, es el mejor dni del alma. Por no pensar en el color del boli
De todas formas en este tipo de pruebas es mejor tener a la vista el sobre y comprobar tus datos cuando entregues el examen y cerrarlo. Mejor prevenir...
Pues hubiera estado bien, pero en mi caso, en torno a mí (incluido yo por supuesto) había una espiral de ignorancia supina, un cono de fracaso estrepitoso... :-[
Yo no cerré el sobre hasta que no lo entregué. Nos dijeron que lo cerráramos antes de empezar pero se me pasó por la cabeza que se cayeran dos sobres y luego no supiera cual es el mío. Puede pasar...