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LA CASTA

Iniciado por RM, 10 Octubre, 2014, 17:25:32 PM

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Los críticos tildan de "decepcionante" el proceso e instan a analizar "qué se está haciendo mal" para que de 60.000 votantes solo participen 6.606


Teresa Rodríguez ha sido elegida secretaria general de Podemos en Andalucía con un 84,92 % de los votos de los que han participado en el proceso abierto por esta formación para elegir a sus órganos de dirección.  La candidatura encabezada por la gaditana ha recibido 5.058 votos, un 84,92% del total de militantes y simpatizantes que ejercido su derecho. La otra candidatura alternativa encabezada por la malagueña Rocío Filpo, ha obtenido 633 votos.

Tremendo fracaso de participación

El dato es incontestable, pero no lo es menos que la votación ha supuesto un tremendo fracaso de participación pues solo ha votado un 11,6 de los convocados. El censo de militantes y simpatizantes constaba de cerca de 60.000 votantes pero solo han ejercido ese derecho 6.606 electores.

Alejamiento de las bases de sus líderes

Cerca de un 90% no han manifestado interés por elegir a la directiva regional. Es sin duda, una muestra de lo que puede entenderse como pérdida progresiva de ilusión interna, del alejamiento progresivo de las bases y círculos de los líderes, algo que reflejan las encuestas. Las propias elecciones andaluzas sacaron a la luz esta realidad al obtener la formación de Pablo Iglesias un resultado muy alejado de sus previsiones y ser la tercera fuerza política a mucha distancia de la segunda, el PP y casi sideral de la formación vencedora, el PSOE.

Distintas candidaturas

Según los resultados recogidos en la página web de Podemos, se han contabilizado 6.606 votos tanto para la Secretaría General, como para el Consejo Ciudadano y la Comisión de Garantías. Teresa Rodríguez, diputada electa por Cádiz, ha resultado vencedora con 5.058 votos, un 84,92 % del total, seguida a mucha distancia de Rocío Filpo, que ha obtenido 633 votos, un 10,63 % del total. Otros seis militantes de Podemos también se presentaban para la Secretaría General.

El sector crítico califica de "decepcionante" la participación

Rocío Filpo, candidata del sector crítico, ha criticado el resultado  del proceso y ha tildado de "muy decepcionantes" los resultados de estas primarias. La malagueña  que lideraba la candidatura denominada 'Andalucía desde abajo', ha censurado que se haya dado tan "escasa" participación, en concreto un porcentaje bajísimo de solo un 11 por ciento, manteniendo que este hecho genera alarma. Filpo ha lamentado que no haya nadie de los componentes de su candidatura en el nuevo órgano de dirección regional.

Falta de impulso de los dirigentes nacionales al proceso

Ante ello la malagueña ha instado al nuevo Consejo Ciudadano regional de Podemos a que analice "muy seriamente qué se está haciendo mal". Entre otros aspectos negativos ha destacado que estas primarias de Podemos Andalucía "han pasado inadvertidas" porque desde la dirección nacional no se las ha impulsado, "desde arriba no se le ha dado mucho bombo".

Sigue esperando que llame Teresa Rodríguez

En tono de lamentación Filpo ha afirmado que todavía "está a la espera de la llamada telefónica" que Teresa Rodríguez se comprometió a hacerle  durante el proceso para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

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Cita de: RM en 11 Abril, 2015, 16:07:09 PM
Pues yo creo que las comisiones de investigación deberían ponerse en marcha siempre que lo pidiera la oposición,aunque no quisiera el gobierno de turno.

Pues no he visto en ningún momento que critiques a Podemos por ello, como sí hacías con IU insistentemente.

¿Cuál es la diferencia?


Cita de: RM en 11 Abril, 2015, 16:07:09 PM
Y coincido con Podemos en que hay que darle medios económicos, materiales y humanos a la justicia para que los procesos no se eternicen y no se pasen en el tiempo.

En eso están de acuerdo todos los partidos. Es una frase de las que utiliza ese partido y con la que todo el mundo está de acuerdo, pero lo que no dice es cómo pretenden conseguirlo.

¿Es más prioritario para Podemos que el próximo presupuesto andaluz asigne más dinero a los juzgados y se contraten más funcionarios allí (cosa imposible a nivel andaluz porque es el gobierno central el que fija las condiciones), que a otros sectores como educación y sanidad?

Que lo expliquen si quieren que les creamos.


Saludos.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -


RM

respublica:

¿Cómo le vamos a pedir a Podemos en Andalucía lo mismo que a IU si aún no se ha constituído el parlamento donde estará?.

El PP propuso crear una comisión de investigación para lo de los cursos de formación y el bipartito se opuso.Cuando Podemos se oponga ante una propuesta igual habrá que  criticarlo.

Por la experiencia de las comisiones de investigación parece que sirven para poco,pero si toda la oposición desea una yo lo vería bien como higiene democrática.

Lo que ya ha sucedido es que IU votó no crear esa comisión y votó afirmativamente varios presupuestos socialistas en que se recortaba a la educación y a los sueldos de los funcionarios y Podemos todavía no lo ha hecho.Cuando lo haga pues a criticarlos.

respublica

El PP ya ha dicho que va a proponer varias comisiones de investigación nada más empezar la legislatura y Podemos le ha contestado lo que decía el artículo que puse y sobre lo que pedí vuestra opinión.

Así que no hablamos de ninguna suposición sino de realidades.


Saludos


- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -


RM

Pues si el PP las propone en el parlamento y Podemos vota en contra contará con mi crítica,igual que critiqué a IU por apoyar al Psoe en sus asuntos turbios.

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Hay mimbres más que suficientes para una plataforma unitaria de transformación democrática que recupere la iniciativa política con un nuevo rumbo

En los últimos meses Podemos no solo ha ralentizado su marcha demoscópica, sino que ha empezado a retroceder



Víctor Alonso Rocafort



Centralidad

A estas alturas, y a tenor del desarrollo de las últimas encuestas, ya podemos hablar del error Vistalegre. En los últimos meses Podemos no solo ha ralentizado su marcha demoscópica, sino que incluso ha empezado a retroceder. Andalucía, pese al buen resultado, fue una decepción. Hay un pinchazo en el ánimo colectivo, pero no viene de hoy. La hipótesis que toma fuerza es que lo dirimido en aquel Congreso fundacional nos puede ayudar a explicar lo que pasa ahora.

Vistalegre fue un jarro de agua fría sobre la ilusión de muchos en Podemos. Ese intangible, la ilusión, que se buscaba catalizar desde hacía meses para superar la fase indignada, había prendido desde la organización y participación popular que tentativamente se ensayaba en los círculos. Echando la vista atrás podemos afirmar una vez más que no eran las tertulias, eran las plazas.

Fue en Vistalegre donde se apeló taxativamente a ocupar la centralidad del tablero, donde se desempoderó a los círculos, se adoptó una estructura jerárquica de partido clásico y se recurrió a tretas de dudosa moralidad para arrasar internamente. Sí, puede ser agua pasada, pero conviene detenerse en su análisis a fin de saber dónde estamos y hacia dónde conviene avanzar. Y el qué no repetir.

No se pretendía cambiar el tablero sino que se buscó dominarlo. Aquí la cúpula de Podemos subestimó al Régimen del 78. Su movimiento transversal ha sido contenido con una jugada maestra impropia de los portavoces que se desgañitaban en las televisiones hablando de Irán, Venezuela y ETA. ¿Queríais centro? Pues toma centro. Siempre mejor el original a la copia. ¿O hay alguien que dude quién es más de centro, Rivera o Iglesias?

Sería interesante investigar los apoyos mediáticos y económicos de Ciudadanos estos meses de cara a conocer, si así ha sido, cómo se construye y protege un producto político desde el establishment. Pero por lo pronto, sea intencionado desde los silentes más peligrosos del poder, o sea producto de la coyuntura política –a la que ingenuamente se contribuyó desde Podemos–, el caso es que el tablero del Régimen no es tan fácil de manejar. Siempre ganarán, parece lógico, quienes llevan años trampeando un juego desigual.

No solo fueron sin embargo unos incautos desde Podemos, no solo se equivocaron al creer que en solitario podrían con todo, no solo pecaron de falta de audacia al no apostar por la senda transformadora de construir otro tablero —nueva política lo llamábamos—, sino que con su concepto de máquina de guerra electoral, dispuestos como estaban a ganar o morir al margen de cualquier remilgo ético, introdujeron la semilla de la discordia en su propia creación.

Era la guerra, decían, y los miles de amateurs y viejos activistas que se habían acercado a los círculos se vieron enseguida imbuidos, o violentados, por esta lógica competitiva. Vistalegre supuso la ratificación popular del modelo. Así llegaron las intrigas en las listas, los incomprensibles cierres de filas, las desavenencias entre propios y extraños. Descubrir al trepa, lograr el apoyo del oficialismo, cerrar el paso a la vieja izquierda. La desconfianza por doquier. Y hacia afuera triunfaba la ambigüedad calculada. La ilusión se desinflaba mientras la cansina tertulia del sábado noche seguía sonando en los televisores como intrascendente ruido de fondo.

Todo eso está ahí debajo, chupando fuerza a las riquezas y novedades que todavía se buscan erigir desde dentro. Peor aún: es una terrible enseñanza para todos aquellos jóvenes que saltaron a la primera línea imitando a sus mayores, porque la política –no nos cansaremos de repetirlo– siempre será otra cosa.

Desmesura

A estas alturas podemos decir ya que Izquierda Unida (IU), con epicentro en Madrid, ha estallado por los aires. La cuestión por dilucidar es si asistimos al inicio de lo que puede ser una renovación profunda o a su final.

Junto con el tsunami de Podemos, la guerra interna provocada por un reducido núcleo en Madrid amenaza con borrarla del mapa electoral. El último episodio, el robo de la marca Ganemos, muestra que hace mucho que se perdió cualquier mesura. Hay quienes han sobrepasado todas las líneas.

Aquello que más temían los antiguos griegos era la hybris, la desmesura. Solón de Atenas dejó escrito en su poesía la esencia que quiso trasladar a la creación democrática ateniense: la eunomía –las buenas leyes, el buen gobierno– dependía de aquellos límites invisibles que ponemos a nuestra voracidad primigenia. Así construimos ciudad y evitamos la guerra civil.

La dirección de IU hizo como en tantas ocasiones lo último que la situación necesitaba, contemporizar mientras los males salían de la jarra de Pandora. Presa de las rutinas asimiladas tras años equilibrando fuerzas en una formación que, en realidad, es una coalición de partidos, con sectores y familias diversas con las que negociar a cada rato, no se percataron de que ya no valían las recetas del pasado.

Las múltiples escisiones que ha sufrido IU los últimos años dan cuenta de que había una crisis de larga duración en su modelo organizativo. Pero no se afrontaba.

Así es como estallan las cosas. Se permitió además, sin atisbo de buen gobierno, el cultivo de los odios, la destrucción del adversario interno. Recordemos dónde están ahora los triunfadores de aquellas primarias en Madrid. Se dio alas a la injusticia. Tras filtraciones y acusaciones enormes imagino que, de no mediar las leyes civiles del Estado, en los pasillos de la sede de IUCM la cosa no se habría quedado en insultos y maldiciones. Tal era el desorden de la rabia.

Poner límites, mostrarse firmes ante quienes amenazan la convivencia, esto también es gobernar. Llevamos el fratricidio político en los orígenes y así se ha marcado desde las grandes epopeyas del pasado. Pensémoslo pues, y evitémoslo.

No bastará sin embargo con la resolución urgente de la crisis madrileña. Se precisa una reforma radical del modelo IU en clave democrática. Si no, como tantas otras veces, este instrumento tampoco servirá y habrá que inventar.

Esperanza

Contra todo lo escrito hasta aquí, a estas alturas aún podemos afirmar que soplan nuevos vientos para la política española.

Las primarias se multiplican mientras nuevos actores logran poder interno en sus formaciones. Los pactos de pasillo salen cada vez más caros. Parece insostenible seguir manteniendo el discurso de los revocatorios, las rotaciones, la participación y no hacer nada. Es cierto que las tertulias ya cansan, que las calles han perdido su pulso, pero también hay que reconocer que los minutos de prime time acaparados han servido para difundir críticas y discursos hasta hace pocos años marginales. Algo ha calado.

En Madrid y Barcelona, las dos grandes ciudades del Estado, había que inventar y se ha inventado. Allí se presentan candidaturas atípicas. Manuela Carmena parece libre de las ataduras y obediencias que salieron del esquema de Vistalegre, ajena también a la artillería pesada de IUCM. Capaz de introducir nuevas formas de pensar y de decir, tiene desconcertada a la cúpula de Podemos con su renuncia a mítines y argumentarios. Propone la escucha e incluso elogia a los rivales. Ada Colau, por su parte, es otra figura ejemplar cuyo ethos se presenta en la arena pública y nos dice mucho antes siquiera de empezar a hablar. Es además, algo importante, de quienes reconoce que no sabe de todo. Ambas no participan de la adulación ni del servilismo de partido.

Falta articular una participación ciudadana real, sí, y muchas cosas más. Pero como comienzo es prometedor. Si ganan, aquello que pueden generar está lejos de nuestra presente imaginación política. Por lo pronto encabezan candidaturas donde gentes hace apenas unos meses encuadradas en sectores muy diversos de la izquierda están ahora trabajando en común. A pesar de tantos vaivenes, uno lee los nombres y no puede más que volver a confiar.

Por último no perdamos de vista, a escala nacional, la capacidad de leer la situación –y salir así de su particular lecho de Procusto– que puedan tener líderes como Pablo Iglesias o Íñigo Errejón. Saben que han de reinventarse, ofrecer un giro decisivo a escasos meses de las elecciones generales, o habrán sido tan solo una etapa más, agotada, en el camino hacia el cambio, como sugería Emmanuel Rodríguez. No vale con cruzar los dedos y a ver qué pasa en mayo. Aún están arriba pero la época sigue acelerada. Una mala foto, una declaración, otro gran traspiés como en la gestión del asunto Monedero, y puede venir la cuesta abajo sin frenos. Este 14 de abril coquetearon con ello. Memento mori, advertía en esta ocasión Isaac Rosa.

El 15M tenía unas bases teóricas democráticas antagónicas a las puestas en marcha desde Podemos. ¿Se echará la vista atrás para reaprender? ¿Se sabrá leer de nuevo el partido, tal y como en un principio hicieron Iglesias y compañía hace un año?

No descarto la posibilidad de que antes o después la contingencia política nos traiga el salto a primer plano, liberado de ataduras y fuego amigo, de aquello que propone Alberto Garzón en los ámbitos económico, ético y político. No solo es una apuesta de profundización democrática sino que, junto a Carmena y Colau, su carácter y planteamientos son los que mejor conectan con los reclamos de la presente coyuntura. Coherencia, veracidad y ruptura sin estridencias. 

De este modo, con la inteligencia política y determinación de unos, con la convicción ética y democrática de otros, más el protagonismo de todos los que llevan meses construyendo alternativas en sus ciudades y ahora suspiran con cierta desilusión por las esquinas del país, hay mimbres más que suficientes para una plataforma unitaria de transformación democrática que recupere la iniciativa política con un nuevo rumbo. Falta la voluntad de parte.

Algunos dijimos hace tiempo que era desde la amistad política entre los diversos como esto saldría adelante, no desde la guerra en cada esquina. No es por tanto tiempo de seguir estirando una inercia política en franco declive. Recordemos que entre las enseñanzas de Niccolò Machiavelli en torno a Fortuna destacaba la virtud de saber adaptarse al tiempo político. A todas luces estamos ante un momento propicio para una nueva ruptura de ciclo.

Ahí queda la esperanza.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

RM

En las generales me parecería bien que Podemos fuese en alianza con IU y otras fuerzas progresistas,pero parece que no quieren y creo que no lo quieren por:

-Piensan que conseguirán más votos de centroizquierda sólos al poder asustar a ese electorado IU.

-Piensan que hay gente que ve a IU como partido viejo en parte del sistema.

-Tienen una actitud un poco prepotente.

-Son  ingenuos creyendo que sólos podrán transformar el país.

Uleti

Cita de: RM en 18 Abril, 2015, 14:03:32 PM
En las generales me parecería bien que Podemos fuese en alianza con IU y otras fuerzas progresistas,pero parece que no quieren y creo que no lo quieren por:

-Piensan que conseguirán más votos de centroizquierda sólos al poder asustar a ese electorado IU.

-Piensan que hay gente que ve a IU como partido viejo en parte del sistema.

-Tienen una actitud un poco prepotente.

-Son  ingenuos creyendo que sólos podrán transformar el país.

En muchas cosas no se equivoca Podemos. El diagnóstico lo puede firmar cualquiera, lo que no parece que no va a tragar la mayoría son sus métodos y propuestas y discurso oscuro.

Entre las cosas en las que tiene razón es que IU ha sido monaguillo de PSOE en muchos sitios y en Extremadura del PP.


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El Diario - 27/04/2015

"Tú antes molabas, Podemos"


Isaac Rosa


Si, como vienen avisando algunos autores, Podemos no es un partido sino un estado de ánimo, nada sería más letal para ellos que el desánimo. ¿Es eso lo que les está pasando? ¿Se están desanimando sus partidarios?

Oyendo a no pocos seguidores y simpatizantes, cualquiera pensaría que sí, que en la aceleración política del último año, Podemos puede acabar cubriendo un ciclo que otros partidos tardan décadas en completar: ascenso, triunfo, declive y desencanto. Ha bastado con que las mismas encuestas que antes lo dieron ganador ahora señalen su descenso para que sus detractores canten victoria, los analistas se dediquen a contarnos por qué "Podemos ya no puede", y entre sus seguidores aparezcan las primeras muestras de desánimo.

Es cierto que Podemos ha perdido el estado de gracia de hace dos meses, cuando el viento soplaba a favor y los ataques recibidos llevaban efecto bumerán. Hoy sus líderes han perdido magnetismo, aparecen señales de desgaste y críticas internas. Y sobre todo ha dejado de ser el monotema que anteayer acaparaba todo: la agenda política y mediática, análisis sociológicos, tertulias y redes sociales. Y la conversación a pie de calle: hace dos meses era imposible tomar una caña con amigos sin hablar de El Tema. Hasta las televisiones, que competían por tenerlos a todas horas como garantía de audiencia, ya no los quieren tanto.

¿Significa que pasó su momento? No lo creo. Más bien es un ajuste, una bajada a tierra. Lo anormal era lo de hace dos meses. ¿Quiere decir que se cerró la famosa ventana de oportunidad? En realidad, lo dudoso era que esa ventana estuviese de verdad abierta, tanto como para saltar por ella y tomar el cielo por asalto.

En su corta vida, Podemos ha sufrido muchos ataques. Lo normal, qué esperaban. También han cometido errores. Igualmente normal, en una organización tan joven y presionada. Errores que se suman a los que ya traía de fábrica. Y es cierto que la 'operación Ciudadanos' ha salido redonda. Pero a estas alturas del año electoral Podemos tiene además otro problema que contribuye a esa pérdida de magnetismo y a que algunos de sus potenciales votantes se desanimen y digan "tú antes molabas, Podemos": las expectativas creadas. Por sus líderes, en primer lugar.

Podemos sigue teniendo un potencial enorme. Tanto más cuanto que admitan que este no es el año del cambio, y que hay que prepararse para un ciclo político más largo: salir bien situados de las elecciones, y hacer un buen trabajo como oposición o socios de gobierno donde toque, para que en las siguientes urnas ya no seas un estado de ánimo.

Pero para ello, entre otras cosas, tendrá que gestionar esas expectativas que ellos mismos han creado. Fueron sus dirigentes quienes repitieron una y otra vez que Podemos había nacido para ganar, que su única razón de existir era llegar al gobierno. Sé de muchos seguidores que así lo creyeron. Ilusos o no, lo creyeron. Ahora ve y diles que el cielo tendrá que esperar.

¿Se lo creyeron también sus dirigentes? Lo dudo, no dejaba de ser un whisful thinking motivador. Pero sí actuaron como si lo creyesen, como si pudieran ganar, diseñando una organización, un discurso y una agenda que lo apuesta todo a la victoria, solo sirve ganar, no hay plan B ni más horizonte que las próximas generales.

En principio, no debería ser tan difícil asumir que llegar al gobierno es harto improbable, y que coger fuerza como oposición sería un éxito. Pero ahí está Andalucía, donde un éxito fue vivido como un fracaso, a la sombra de esas expectativas. Las mismas que hoy hacen que un tercer o cuarto puesto en las volátiles encuestas parezca un pinchazo.

¿Aceptarían los votantes esa rebaja de expectativas? ¿Y si la posibilidad de victoria era para muchos la razón para elegir Podemos? A fin de cuentas, la principal diferencia entre Podemos y la izquierda tradicional era esa: que podían ganar. Que iban a ganar.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

RM

Seguramente el cambio no  vendrá con los resultados que saque Podemos en las generales,pero por donde seguro no vendrá el cambio será por IU que los votantes la dejan en un espacio meramente testimonial por lo menos en los 4 próximos años.

Podemos antes molaba más,pero IU antes molaba poco y ahora mucho menos.


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