¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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Iniciado por maravilla, 22 Septiembre, 2019, 10:51:34 AM

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jmcala

Hace ya muchos años tuve una compañera a la que quería mucho. Un día salió del centro para fumar y tenía una cara de pena muy evidente. Le pregunté y me dijo que había recibido la llamada de la hija de su amiga para decirle que su madre estaba en las últimas y que moriría en breve. Había recibido la noticia en un momento en el que estaba baja de moral.

Tenía asumido que su amiga se moriría sin que ella pudiera acompañarla porque vivía en Gran Canarias, de donde ella era también. Le dije que hablara con el director y le explicase la situación. Salió al rato y me dijo que se iba a la agencia de viajes para buscar un billete de avión.

Pudo viajar y estar al lado de su amiga para despedirse de ella. Apenas faltó tres días entre ir, estar y volver. A la vuelta me dijo que estaba tranquila y serena porque para ella había significado mucho poder acompañarla en ese trance.

Varios años después, la que ahora es Delegada de Educación, estuvo de visita en el centro y tuve que hablar con ella. Le conté aquel episodio y cómo, desde aquel instante, el director se ganó todo mi respeto, lealtad y compromiso. Él se enteró también en ese momento. Le conté lo que había hecho y lo importante que era un acto así en la gestión del personal de un centro. En ningún momento criticó nada ni hizo reproche alguno al director.

Sigo pensando que, cuando las normas no son capaces de adaptarse a situaciones especiales, dejan de tener parte del sentido con el que fueron hechas.

www.ejercicios-fyq.com


derfel

Cita de: jmcala en 27 Septiembre, 2019, 11:53:36 AM
Hace ya muchos años tuve una compañera a la que quería mucho. Un día salió del centro para fumar y tenía una cara de pena muy evidente. Le pregunté y me dijo que había recibido la llamada de la hija de su amiga para decirle que su madre estaba en las últimas y que moriría en breve. Había recibido la noticia en un momento en el que estaba baja de moral.

Tenía asumido que su amiga se moriría sin que ella pudiera acompañarla porque vivía en Gran Canarias, de donde ella era también. Le dije que hablara con el director y le explicase la situación. Salió al rato y me dijo que se iba a la agencia de viajes para buscar un billete de avión.

Pudo viajar y estar al lado de su amiga para despedirse de ella. Apenas faltó tres días entre ir, estar y volver. A la vuelta me dijo que estaba tranquila y serena porque para ella había significado mucho poder acompañarla en ese trance.

Varios años después, la que ahora es Delegada de Educación, estuvo de visita en el centro y tuve que hablar con ella. Le conté aquel episodio y cómo, desde aquel instante, el director se ganó todo mi respeto, lealtad y compromiso. Él se enteró también en ese momento. Le conté lo que había hecho y lo importante que era un acto así en la gestión del personal de un centro. En ningún momento criticó nada ni hizo reproche alguno al director.

Sigo pensando que, cuando las normas no son capaces de adaptarse a situaciones especiales, dejan de tener parte del sentido con el que fueron hechas.

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Las normas deben regirse por el sentido común, si no, se convierten en corsés de injusticia.

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"Arranqué un ramo de flores, se lo regalé a mi amante, dijo que no las quería, que estaban mejor antes"

"Arranqué un ramo de flores, se lo regalé a mi amante, dijo que no las quería, que estaban mejor antes"


albay

Estamos mezclando normas, sentimientos y sentido común.

1. Las normas, normas son, tienen que tener unos límites y una definición que queramos o no es objetiva. Se hace con los permisos, con las herencias, con los impuestos, etc.

2. Los sentimientos está claro que muchas veces van en contra de la norma. Tengo muchos alumnos rociaros que lo pasan nada más que regular cuando las normas impiden ir al Rocío. Sentimiento contra norma.

3. El sentido común se aplica por supuesto. Es el caso que estamos hablando, me ocurrió el curso pasado, que a una compañera le dimos permiso para ir al entierro de su prima (dos días de permiso fueron). No le correspondía, pero se aplicó el sentido común.


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