ForoUSTEA de maestros/as y profesores/as que les gusta la educación

Pues resulta que este curso el profesor de Religión que ha llegado al centro no está "gustando" al alumnado. Hay solicitudes de cambios de matrícula a Valores Éticos en varios niveles, con la consiguiente protesta del profesor.

¿Qué opináis? ¿Hasta cuándo se puede permitir un cambio de matrícula? Séneca no bloquea la matriculación en todo el curso, pues siempre hay alumnos que llegan, o cambios extraordinarios.

Como en este caso la cuestión entraría dentro de lo "moral", ¿puede cambiarse un alumno-a en cualquier momento? ¿Puede Consejería impedir ese cambio de matrículas? ¿Se puede retener a un alumno que ha perdido en fe ( él o sus familias, claro) ?

El problema es planificar tiempos y espacios según los números de cada grupo.Uno tiene fé o no la tiene,no dependiendo del profesor de religión.

Seguro que viene alguien y nos dice hasta cuando son posibles los cambios de matricula. Mientras tanto digo: yo he visto cambios con el curso comenzado, sin más, aunque también se estila la petición de cambios por rellenar mal la matricula o arrepentirse, como en este caso. Es esta última situación la política en muchos centros es que no se cambia nada, y lo comprendo, sino se harían muchas correcciones con los grupos ya hechos.

Dicho eso, recuerdo haberme visto en un centro de Sevilla con cinco alumnos matriculados en valores éticos, algún día asistencia de uno e incluso días que no pude ni dar la clase. ¿La razón de la fe de estos jóvenes de primero de ESO? Pues nada, que estuve averiguando y que en diciembre se iban un día a ver belenes, y en primavera había excursión a Isla Mágica.

Recomendación para ese profesor que está perdiendo a los fieles, torneo de futbito por el amor de Dios, y si no, ahora que con el COVID están los balones proscritos en muchos sitios, y las salidas no son recomendables, unas olimpiadas cristianas. Son conceptos así como antitéticos pero tampoco me meto en que pruebas hacer dentro.

El mi centro, el curso pasado, una alumna comenzó a tener problemas de absentismo hasta el punto de intervenir servicios sociales. Ella y la madre alegaban que era culpa de una profesora en concreto, que además era su tutora. Alegaban que la sola presencia de la profesora hacía que la niña no quisiera ir a clase. Pues en febrero la alumna fue cambiada de grupo, con otro tutor, y además le quitaron la asignatura optativa de su profesora y le pusieron en otra.

¿Y empezó a ir? Tu relató parece inconcluso.