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Lo que no se dice sobre el crecimiento de las desigualdades sociales

Iniciado por respublica, 27 Febrero, 2014, 23:35:04 PM

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Vicenç Navarro

Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University


Por fin, el gran crecimiento de las desigualdades que hemos estado experimentando en la mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte ha pasado a ser noticia, con un número cada vez mayor de fórums y conferencias dedicando atención a este tema, presentándolo como un problema. Incluso el Foro de Davos, uno de los centros de reflexión neoliberal con mayor impacto mediático, dedicó este año a este tema un espacio importante de su programa. Es interesante notar, sin embargo, que lo que ha estado ocurriendo con el tema de las desigualdades es muy semejante a lo que ha ocurrido con el cambio climático. Como en el caso de este último, la sabiduría convencional en aquellos países (dominada desde los años ochenta por el dogma neoliberal) negaba, al principio, su existencia. Se decía que, en contra de lo que aseguraban algunos "radicales extremistas" (el menos ofensivo de toda una larga retahíla de insultos), no había ningún cambio climático. Cuando la evidencia de que sí había tal cambio era ya abrumadora, la sabiduría convencional lo admitió, tras mucha resistencia y recelo, pero añadió –inmediatamente– que este no era causado por la intervención humana. Se debía –decía la sabiduría convencional– a cambios cíclicos de la naturaleza sobre los que la intervención humana tenía poco que hacer.

Una evolución similar ha ocurrido ahora con el crecimiento de las desigualdades. Primero se negó que existiera, acusándonos, a aquellos que señalábamos que era una realidad con terribles consecuencias sociales y económicas, de "radicales aguafiestas". Más tarde, ante la evidencia abrumadora que cuestionaba este dogma, admitieron su existencia, pero negaron que se debiera a decisiones políticas concretas tomadas por instituciones públicas altamente influenciadas por los grupos financieros y económicos (que configuraban la sabiduría convencional neoliberal del conocimiento económico), atribuyendo dicho cambio a hechos como "la globalización de la actividad económica", "la introducción de nuevas tecnologías" u otras argumentaciones, hechos que se consideraban (erróneamente) apolíticos, determinados por la propia lógica y dinámica del sistema económico. En realidad, cada uno de estos hechos supuestamente apolíticos era resultado de decisiones políticas tomadas por los Estados, cada uno de ellos influenciado por aquellos grupos financieros y económicos, que dominaban el proceso de gobernanza de cada país.

¿Por qué han crecido las desigualdades?

En realidad, la fuerza más determinante en la evolución de las desigualdades sociales y de su crecimiento ha sido el grado de influencia que los propietarios y gestores del gran capital (es decir, del mundo de las grandes empresas financieras, industriales y de servicios, y que incluye personas e instituciones que obtienen sus ingresos a partir de la propiedad del capital) han tenido sobre sus Estados. Cuanto mayor ha sido su influencia sobre el Estado, mayor han sido las desigualdades en un país. Cuanto, por el contrario, mayor ha sido la influencia del mundo del trabajo (es decir, de la mayoría de la población que deriva sus rentas del trabajo, con escasa propiedad) sobre los Estados, menores han sido las desigualdades. La evidencia de que ello es así es abrumadora. Durante el periodo 1947-1979 (el llamado "periodo dorado del capitalismo"), cuando el mundo del trabajo tenía más poder, el crecimiento de la riqueza de los países se repartió más igualitariamente que no durante el periodo 1979-2013, cuando –con la revolución neoliberal iniciada por el Presidente Reagan y la Sra. Thatcher– el mundo del capital fue el que claramente dominó las instituciones del Estado. Durante este último periodo, como resultado del crecimiento de la productividad, hubo un aumento de la riqueza, que se concentró en los sectores más pudientes de la población que derivan gran parte de sus ingresos de la propiedad del capital.

Estos datos muestran que las causas del crecimiento de las desigualdades son primordialmente políticas, es decir, que derivan de decisiones tomadas por el Estado como resultado del grado de influencia diferencial que tienen sobre ese Estado el mundo del capital y el mundo del trabajo. La época neoliberal (1980-2013) ha sido la época de mayor dominio del Estado por parte del capital, habiéndose alcanzado unos niveles nunca vistos desde principios del siglo XX. En EEUU, por ejemplo, el 10% más rico de la población posee el 77,1% de toda la riqueza, mientras que el 90% restante posee el 22,9%. En realidad, el 40% de la población no tiene ninguna propiedad; todo lo contrario, está endeudada. El 20% que le sigue tiene solo un 3,3% de toda la riqueza, seguido de otro 20% que tiene un 10% de toda la propiedad. La suma de ello (40+20+20) muestra que el 80% tiene solo un 13,3% de la riqueza. (Los datos que presento en este artículo proceden de John Schmitt "The Economy and the Evolution of Income and Wealth". Public Policy Program. The Johns Hopkins University. 20 de febrero de 2014)

Esta enorme concentración de la riqueza, causa mayor del crecimiento de las desigualdades, ha motivado el movimiento popular de protesta conocido en EEUU como el Occupy Wall Street (claramente influenciado por el movimiento de los indignados, el 15-M, de España), que denuncia al 1% de la población (que controla, en gran medida, la propiedad de los medios financieros –basados en Wall Street) como el centro del poder financiero y económico, y por lo tanto, político y mediático del país.

No es el 99% contra el 1%, sino el 90% contra el 10%

Ahora bien, aun cuando el número de 1% -que incluye el grupo dominante del poder financiero, económico, político y mediático del país- es un número muy gráfico y didáctico para mostrar el grado de concentración del poder en EEUU, es una cifra que subestima el problema político al que tiene que hacer frente cualquier estrategia encaminada a revertir dicha concentración. Este 1%, que controla el 35,6% de toda la riqueza, va seguido de un 9% que controla otro 39,5%. El problema, pues, no es solo el 1%, sino que incluye también al otro 9%, que juntos suman en total un 77,1% de toda la riqueza. Este 9% son los grandes propietarios del capital industrial y de servicios, así como los sectores sociales que se benefician claramente del sistema de propiedad actual, y que incluye, entre otros, a los dirigentes mediáticos, la intelectualidad del régimen, la clase dirigente del funcionariado y la mayoría de la clase política gobernante, todos ellos sirvientes de las estructuras del poder. Junto al 1% del capital financiero representan lo que en Estados Unidos se llama la Corporate Class. De ahí que el conflicto no es del 99% de la población contra el 1%, sino del 90% contra el 10%, teniendo este último un enorme poder. Los grandes gurús mediáticos, por ejemplo, no son parte del 1%, pero si del otro 9% que sirve al sistema controlado por el 1%, y que se opondrá por todos los medios a que cambie el sistema que los beneficia.

El declive del sistema democrático

Esta enorme concentración de la riqueza ha sido consecuencia de las intervenciones del Estado, que han favorecido sistemáticamente y abusivamente desde los años ochenta al capital a costa del mundo del trabajo. Y cuando digo a costa quiero decir que las rentas del capital han subido como consecuencia de que las rentas del trabajo han disminuido. En otras palabras, el crecimiento de la riqueza, como resultado del aumento de la productividad (incluida la productividad laboral), no ha repercutido tanto en el mejoramiento de las rentas del trabajo como en el crecimiento desmesurado de las rentas del capital. En realidad, el salario por hora (controlado por inflación y tipo de trabajo) en EEUU fue menor en 2013 que en el año 1978.

La situación en España es muy semejante a la que ocurre en EEUU. La enorme influencia del 10% más rico de la sociedad (tanto en el Estado como en la sociedad civil) está causando el enorme crecimiento de las desigualdades. Y ello ocurre, tanto directamente como indirectamente, a través de las políticas públicas del Estado. Entre las directas están las políticas fiscales, por ejemplo, que benefician sistemáticamente al capital a costa del trabajo. Y entre las indirectas, está el gasto público. Por ejemplo, la reducción del empleo público y de la capacidad adquisitiva del empleado público (y con ello, el descenso de la renta nacional que va al mundo del trabajo) se hace para poder pagar los rescates a la banca y pagar la deuda pública (propiedad, en su gran mayoría, de la banca), con lo cual se está haciendo una transferencia de fondos públicos del 90% de la población española, cuya renta procede del trabajo, al 1% que deriva sus ingresos de la propiedad del capital financiero (del cual depende el otro 9%, que está al servicio del 1%) que controla el sistema de gobernanza del país.

Y es esta enorme concentración de la riqueza la que está destruyendo la democracia. Pero le aseguro a usted que no leerá todo esto en los medios. Un artículo como este no se puede publicar en los cinco rotativos más importantes del país. Le ruego que lo distribuya.

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -

FLAFLI

Si a esto le añadimos la mediocridad de muchas personas que deciden por los demás, o cambiamos el sistema para que los elegidos rindan cuentas o esto irá a peor.

Saludos
Si buscas el interés general, mejorarás el propio

HAN CAMBIADO LAS NORMAS DE JUEGO SIN LA CIUDADANÍA, Y SIGUEN QUERIENDO QUE LAS RESPETEMOS

No son ajustes, es una destrucción de la sociedad, ante ataques destructivos, respuestas contundentes

Si luchas puedes que no ganes, si no luchas ya has perdido

GRAN MOVILIZACIÓN PROFESORADO INTERINO


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Todo esto es fruto de las políticas neoliberales de las narices. Políticas que benefician a las grandes fortunas en detrimento de los trabajadores y de las clases medias. Los mercados financieros, los gobiernos y las grandes fortunas son las que dominan el mundo. En el fondo no existe democracia porque votamos cada 4 años a gente puesta desde arriba que nunca irá en contra de estos poderes económicos. Por eso es necesario una democracia real y participativa en la que todos dedidamos y no se nos impongan cosas desde arriba. Actualmente no hay ningún partido que pueda defender estos principios y lo triste de todo esto es ver como las encuestas le siguen dando la victoria a los de siempre aquí en Andalucía. Luego nos quejamos que si recortes, que si corrupción pero a la hora de la verdad vamos como borreguitos a votar a los de siempre. Como bien dice Bolchevika, los políticos no harán nada por cambiar las cosas porque ellos viven de este montaje. La mayoría de ellos estarían en el paro si no estuvieran en política, por eso su afán al poder. Y esta es la triste realidad de todo nuestro sistema. En el fondo es, como siempre, otro sintoma más de la absurda avaricia humana de tener más y más aunque  la mayoria de los ciudadanos cada vez tenga menos. Hacerse rico a costa de los demás, esa es la ley fundamental de la riqueza y por eso estamos como estamos.
Saludos.

respublica


Ada Colau, Miren Etxezarreta, Nines Maestro y Mari García presentan las Marchas de la Dignidad ante un público entregado en el Ateneo de Madrid, que ha clamado contra el sistema capitalista


ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL, Madrid


"Hay otro final posible: que conquistemos la democracia y les echemos del poder", defiende la portavoz de la PAH Ada Colau, que llama a la movilización ciudadana: "Hoy, lo más peligroso es quedarnos en casa, lo peor está por venir si no nos movilizamos". Junto a otras tres mujeres implicadas en distintas plataformas sociales, Colau ha participado este sábado en la presentación de las Marchas de la Dignidad, que ya han comenzado a partir desde todos los puntos del país para tomar Madrid con sus reivindicaciones el próximo 22 de marzo. Y viajan sin billete de vuelta.

"No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando las administraciones no atienden a las demandas ciudadanas. Tenemos la obligación moral de desobedecer masivamente las leyes injustas, son tiempos de desobediencia civil y de construcción de alternativas", defiende la Portavoz de la PAH.

En el Ateneo de Madrid, ante un público entregado que no deja de corear consignas contra el capitalismo, los recortes o las clases políticas, las cuatro ponentes han desglosado el programa de este movimiento "político, que no electoral", centrado en la reivindicación de los servicios públicos, el empleo y la vivienda dignos, además de rechazar el pago de la "deuda ilegítima".

"Al capital la deuda le viene estupendamente: controla la riqueza real con las privatizaciones, debilita el tejido productivo,  y eso a pesar de que nos llenan de propaganda diciendo que hemos llegado a la recuperación. Todos sabemos que es mentira, que la recuperación no está llegando a la ciudadanía. Las grandes empresas sí se están recuperando, precisamente porque han hecho una política que a nosotros nos está haciendo daño. No es que sean malos políticos, no, es que son buenos para conseguir sus objetivos", asegura la economista Miren Etxezarreta.

"Se están cercenando los derechos básicos trabajadores. Tenemos derecho al trabajo, pero a trabajos dignos", defiende Mari García, del Sindicato Andaluz de trabajadores. "Dicen que en Andalucía vivimos de las rentas, subsidiados, cuando hay muchos hombres y mujeres que luchan cada día, pero eso los medios no lo sacan. Crean las diferencias entre las clases trabajadoras para que no nos unamos. Mientras se critica a los miles de hombres y mujeres que nos buscamos la vida en el campo, no se critica a los grandes terratenientes que cobran de las PAC, y se lo reparten entre los más grandes. Han instalado en Andalucía un modelo de agricultura intensiva que está acabando con los recursos, y es un sistema que contamina a los jornaleros diciendo que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo para que no veamos quienes son culpables de la situación: los grandes terratenientes".

El "robo" de los derechos sociales emprendido por el Ejecutivo de Rajoy ha sido otro de los ejes del evento: "El proceso de privatización continúa cada día, es importante que lo sepamos.  La reforma que obliga al pago de los medicamentos que la sinvergüenza de Ana Mato defiende por su efecto disuasorio acelera la muerte precoz de pensionistas que no pueden pagar sus medicinas, asegura Nines Maestro, de la marea blanca, mientras el público grita "¡asesina!".

La deuda: "Instrumento para pasar la riqueza de ricos a pobres"

"Desde el año 2000 se ha generado mayoritariamente deuda privada, no es una deuda nuestra", explica la economista Etxezarreta."A finales de 2010 la deuda pública era solamente del 66% del PIB, una cifra muy manejable. Pero el capitalismo son normas y leyes, y a través de esas normas la deuda privada se socializa, y es lo que nos está creando problemas. Nos están diciendo que no hay dinero para nada porque hay que pagar la deuda de bancos y empresas privadas. Todos los que hemos podido comprar un piso nos hemos endeudado por mucho más que el salario de un año, pero hoy nuestra deuda equivale al PIB de un año y hablan del problema de la deuda. Es un problema porque en gran parte se eliminó la posibilidad de que el BCE pudiera prestar dinero a los estados, que tienen que ir a los mercados. ¿Por qué? Porque es un negocio redondo", razona.

"La deuda es muy importante porque es un instrumento para pasar la riqueza de los pobres a los ricos sin que nos demos cuenta: la deuda es algo que han prestado y de lo que son propietarios los grandes poderes financieros, eso se paga con nuestros impuestos. Nosotros pagamos impuestos con nuestro trabajo, para que los tenedores de deuda puedan absorber esa cantidad", defiende la economista. "Con las políticas que estamos haciendo para pagar la deuda sólo empeoran los problemas sociales. Como todo empeora, la única posición normal sería decir: no vamos a pagar la deuda".

Recuperar el poder popular

Cerca de las dos de la tarde, los convocantes han dado por concluido el acto, invitando a los presentes a sumarse a una concentración en la cercana Plaza de Santa Ana. La orquesta solfónica del 15-M ha clausurado con su música un acto de casi tres horas de duración, en el que la necesidad de luchar por los derechos sociales ha sido una idea tan defendida como los propios objetivos del 22-M. "No hay alternativa: de esta estafa llamada crisis no vamos a volver a como estábamos antes, vamos a una versión posterior de esclavitud, feudalismo", asegura Colau.

Para Nines Maestro, las Marchas de la Dignidad son un paso más en la lucha por los derechos sociales emprendida por el 15-M, pero es necesario "continuar la lucha en todos los frentes. Este pueblo no está dispuesto a suicidarse. Estamos viendo, es verdad que con un poco de retraso, desorganización y atomización, pero estamos viendo que en los servicios públicos se está perpetrando un crimen. Es una estafa, pero también una crisis estructural del sistema capitalista, del que no tienen otra manera de salir que no sea la miseria, la barbarie y la represión", sostiene.

"No podemos permitir que nos roben las viviendas pagadas con el rescate a la banca", afirma Colau."No podemos permitir que nos roben las universidades, los hospitales, porque los necesitamos más que nunca. Que tengan claro los especuladores que por mucho que nos intenten robar no los vamos a dejar. Nos hemos encontrado con un Gobierno arrogante y prepotente, que ni siquiera se disfraza de demócrata. Hay que echarlos del poder, porque están bloqueando cualquier posibilidad de cambio", defiende la portavoz de la PAH.

Después de organizar tres eventos distintos para acercar a la población las claves de esta acción social, los convocantes tienen concentrada su atención en la organización de las ocho columnas que irrumpirán en Madrid el próximo 22 de marzo. Autobuses, trenes y vehículos particulares servirán para acercar a quienes no han podido sumarse a las marchas a pie con destino a la capital. Hasta la fecha, las columnas de Andalucía y Catalunya ya han emprendido la marcha, y a ellas se unirán este mismo sábado las de Galicia, Navarra y Asturias: todo para "recuperar el poder popular", en palabras de Etxezarreta. "O tenemos poder popular o no sirve de nada que hagamos debates preciosos. Tenemos que revolvernos y luchar en las luchas que tenemos a pie de obra".

- Cuando todos piensan igual, ninguno está pensando -


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