¡CUIDAMOS LA PÚBLICA!

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Otro experto en educación

Iniciado por fjcm_xx, 14 Julio, 2019, 20:18:51 PM

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jmcala

Pues yo estoy completamente de acuerdo con lo que este señor cuenta y llevo casi diez años proponiéndolo en los claustros, con el consiguiente desprecio, cuando no cachondeo, de mis colegas.

El principal problema de la educación en este país somos nosotros. Y lo somos porque nos aterra la posibilidad de cambiar el modelo.

www.ejercicios-fyq.com



Delacroix

Lo que dice este señor deja de tener interés en el momento que habla de empresarios. Dice que debemos fijarnos en el modelo finlandés pero estamos a años luz como país, sociedad y cultura. Es algo inalcanzable. Y claro que si, quitamos las asignaturas y jugamos al dominó y a la ronda y baciga. Cultura española y progreso.

jmcala

¿Te has leído el artículo? ¿Has leído algo sobre qué son y cómo se alcanzan las competencias?

www.ejercicios-fyq.com




DEJAN


Delacroix

Cita de: jmcala en 15 Julio, 2019, 00:16:30 AM
¿Te has leído el artículo? ¿Has leído algo sobre qué son y cómo se alcanzan las competencias?

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No voy a entrar en discusiones que no nos llevan a ningún sitio. Yo solo digo que hay cosas  por supuesto que hay que cambiar, sobretodo en las metodologías, pero que los niñ@s al final de cuentas tienen que estudiar. Dejemos de estirar el chicle de la gilipollez extrema.

Iridium

Con absoluta independencia de que todo esté regulado o nada esté regulado y cada aula sea una república independiente, de que haya legislación nueva o la legislación no se renueve, de que estemos en clase con las leyes de Mendel o con las reglas del parchís, lo que va a llevar, aquí, en Copenhague o en Nueva Delhi a que los alumnos aprendan, maduren y se enriquezcan es que haya un clima adecuado de convivencia y compromiso, o en un castellano más accesible, que haya educación, respeto y trabajo, por parte de todos.

Esto es tan básico, tan evidente, tan estructural, tan transversal, tan sencillo de entender que me despierta siempre la indignación dormida que todos estos poltronitos, estos bien pagaos, sigan y sigan y sigan dando la matraca del discurso vacío e inoperante, de las grandes frases, de las palabras de moda, de la jerga de curas.

He dado clases en un privado no concertado con 50 alumnos, en un primero de Bachillerato y eran clases gloriosas, y los alumnos aprendían y crecían en la materia, y se proyectaban en lo personal y en lo académico, donde había compañerismo y buen humor y donde uno se siente maestro, y he dado clases en otro centro con 17 alumnos en 3º de ESO y no era posible avanzar porque 5 subdelincuentes hacían lo que les daba la puta gana, amargaban a los otros 12 y te hacían sentir el capullo con el peor empleo del mundo.

La clave es simple y llanamente que en clase se pueda estar como en un aula hay que estar (es una definición cateta pero todos la entendemos), que no se permita ni por un segundo que se esté al pairo de cualquier adolescente desnortado, peleado con la vida o desheredado de cualquier traza de educación. Estos necesitan atención, comprensión, profesores, personal, oportunidades, opciones, esfuerzo y hasta cariño por nuestra parte llegado el caso, pero hay que darles de comer a parte, no podemos permitir que una parte sustancialísima del sistema educativo esté trabado por el mal comportamiento generalizado, por una guerra cotidiana extensa y por lo visto hasta silenciada por nosotros mismos.

A diario, en cada sala de profesores, es la misma matraca, la dificultad para avanzar, para conseguir silencio, o trabajo, o responsabilidad porque NO SE RESPETAN LAS NORMAS, PORQUE NO HAY EDUCACIÓN. Este problema se obvia o queda como uno más entre otros tantos mucho más ridículos cuando los poltronitos (incluso los que se suponen que nos defienden) están en sus conferencias o en sus entrevistas, donde se dedican a hablar de las nubes y sacan a colación las nacionalidades más diversas en una especie de recorrido turístico utópico y muy políticamente correcto, pero vamos a ver, que este problema es nuestro y no es ni escandinavo, ni coreano, ni indio, allí no existe, es un problema español y la solución tiene que ser nuestra, no la de ellos. Y aquí hay que empezar por tener muchos menos alumnos en clase (lo cual mejora exponencialmente las posibilidades de control, de enseñanza y de aprendizaje) allí donde hace falta, y por diseñar, con convicción y autoridad, un sistema educativo que tenga preparado para los que no respeten las normas lo que ellos verdaderamente necesitan, lo que sacará de ellos lo mejor que tienen, y garantice a los demás una educación efectiva, seria, de nivel.

El efecto contagio, la frustración y el fracaso al que aboca este falso, errado progresismo del "café pàra todos" es insostenible y está causando estragos en un país, que como cualquier otro, tiene su futuro pendiente de la formación y los valores que cada generación recibe. El problema de este currículo o este otro, de este profesor más tradicional o la de aquel más soñador, de más materias o de más proyecto multidisciplinar... ese es el menor problema, el más tonto, el menos sustancial, el que menos urgencia tiene. El problema es la convivencia, el respeto en las aulas, y hay que imponerlos, sí o sí.


alboradas

Hola:

Suscribo lo dicho por el compañero, especialmente por los argumentos que aporta .

Y es que nos estamos metiendo en un círculo vicioso porque no vemos uno de los grandes problemas de fondo, que es es clima de convivencia en las aulas y por extensión, en toda la comunidad educativa.

Sí eso no mejora, que está empeorando y muchos compañeros y sobre todo equipos directivos están tirando la toalla, lo demás será hablar sin resolver nada.

Yo así lo veo. Y me preocupa muchísimo.

Saludos.


Cita de: Iridium en 15 Julio, 2019, 12:08:59 PM
Con absoluta independencia de que todo esté regulado o nada esté regulado y cada aula sea una república independiente, de que haya legislación nueva o la legislación no se renueve, de que estemos en clase con las leyes de Mendel o con las reglas del parchís, lo que va a llevar, aquí, en Copenhague o en Nueva Delhi a que los alumnos aprendan, maduren y se enriquezcan es que haya un clima adecuado de convivencia y compromiso, o en un castellano más accesible, que haya educación, respeto y trabajo, por parte de todos.

Esto es tan básico, tan evidente, tan estructural, tan transversal, tan sencillo de entender que me despierta siempre la indignación dormida que todos estos poltronitos, estos bien pagaos, sigan y sigan y sigan dando la matraca del discurso vacío e inoperante, de las grandes frases, de las palabras de moda, de la jerga de curas.

He dado clases en un privado no concertado con 50 alumnos, en un primero de Bachillerato y eran clases gloriosas, y los alumnos aprendían y crecían en la materia, y se proyectaban en lo personal y en lo académico, donde había compañerismo y buen humor y donde uno se siente maestro, y he dado clases en otro centro con 17 alumnos en 3º de ESO y no era posible avanzar porque 5 subdelincuentes hacían lo que les daba la puta gana, amargaban a los otros 12 y te hacían sentir el capullo con el peor empleo del mundo.

La clave es simple y llanamente que en clase se pueda estar como en un aula hay que estar (es una definición cateta pero todos la entendemos), que no se permita ni por un segundo que se esté al pairo de cualquier adolescente desnortado, peleado con la vida o desheredado de cualquier traza de educación. Estos necesitan atención, comprensión, profesores, personal, oportunidades, opciones, esfuerzo y hasta cariño por nuestra parte llegado el caso, pero hay que darles de comer a parte, no podemos permitir que una parte sustancialísima del sistema educativo esté trabado por el mal comportamiento generalizado, por una guerra cotidiana extensa y por lo visto hasta silenciada por nosotros mismos.

A diario, en cada sala de profesores, es la misma matraca, la dificultad para avanzar, para conseguir silencio, o trabajo, o responsabilidad porque NO SE RESPETAN LAS NORMAS, PORQUE NO HAY EDUCACIÓN. Este problema se obvia o queda como uno más entre otros tantos mucho más ridículos cuando los poltronitos (incluso los que se suponen que nos defienden) están en sus conferencias o en sus entrevistas, donde se dedican a hablar de las nubes y sacan a colación las nacionalidades más diversas en una especie de recorrido turístico utópico y muy políticamente correcto, pero vamos a ver, que este problema es nuestro y no es ni escandinavo, ni coreano, ni indio, allí no existe, es un problema español y la solución tiene que ser nuestra, no la de ellos. Y aquí hay que empezar por tener muchos menos alumnos en clase (lo cual mejora exponencialmente las posibilidades de control, de enseñanza y de aprendizaje) allí donde hace falta, y por diseñar, con convicción y autoridad, un sistema educativo que tenga preparado para los que no respeten las normas lo que ellos verdaderamente necesitan, lo que sacará de ellos lo mejor que tienen, y garantice a los demás una educación efectiva, seria, de nivel.

El efecto contagio, la frustración y el fracaso al que aboca este falso, errado progresismo del "café pàra todos" es insostenible y está causando estragos en un país, que como cualquier otro, tiene su futuro pendiente de la formación y los valores que cada generación recibe. El problema de este currículo o este otro, de este profesor más tradicional o la de aquel más soñador, de más materias o de más proyecto multidisciplinar... ese es el menor problema, el más tonto, el menos sustancial, el que menos urgencia tiene. El problema es la convivencia, el respeto en las aulas, y hay que imponerlos, sí o sí.

albay

¿me podríais explicar cómo se puede mejorar la educación y la convivencia en el alumnado de barrios degradados socio económicamente ?


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